26 | Cumpleaños feliz, me deseo yo a mí

50 10 1
                                    

—¡¿Cómo te atreves a si quiera comparar a Wendy's con McDonald's?! —espetó Christopher.

—¡Ah, sí, tienes toda la razón! ¡Wendy's es mucho mejor que McDonald's! —replica Eros.

Zharick y yo vemos de uno a otro como si se tratara de un partido de ping pong, luego nos miramos, ambas alzando una ceja, ella termina por rodar los ojos hastiada de la discusión que llevan los dos chicos allá adelante desde hace un buen rato.

—¡Oh, no, no te atrevas a entrar en ese campo! —continúa Christopher

—¡Créeme que sí me atrevo!

Cuando estuvieron a punto de darse manotazos entre sí como críos, me colé en el espacio de los asientos delanteros para meterme en su estúpida disputa.

—¡Muy bien, basta de esta tontería! —los empujo a cada uno en su sitio—, comida es comida, todo ahora resulta bueno.

—Sí, hay hambre en el panteón —convino Zharick—, yallah, Eros, que llevamos aquí diez minutos.

Soltando un resoplido de molestia, Eros avanzó por el carril del drive thru, yo volví a echarme en mi asiento junto a mi amiga, ambas nos miramos en plan «que idiotas estos chicos» para luego rodar los ojos, otra vez. No encontrábamos mejor acción que esa para esta situación.

Antes había sido testigo de discusiones estúpidas, incluso había sido participe de alguna que otra, pero no de una como esta. ¿Quién se pone a discutir qué cadena de comida es mejor que otra? Mientras que sacie mi hambre, no me importa dónde comamos.

Eros detiene su coche más adelante y se inclina un poco para que pueda ser escuchado a través de la bocina. Con un tono bastante disgustado empieza a pedir la comida para todos.

—¿Coca-Cola o Pepsi, chicos? —cuestiona, mirándonos, a Christopher le dirige una mirada de ojos entrecerrados que pretendía ser amenazadora, más bien le daba pinta de ser un miope intentando ver a lo lejos—, tú atrévete a decir Pepsi y te bajo de mi coche.

Ay, no, otra discusión...

Christopher le mira rápidamente de arriba a bajo antes de cruzar los brazos.

—Iba a pedir Coca-Cola, de todos modos.

—Eso, muy bien —Eros asintió, Zharick y yo no hicimos más que negar con la cabeza, riendo. Esos chicos no tienen remedio—. Bueno, serán cuatro vasos de Coca-Cola.

—Eh, nop —ella y yo nos colamos entre los asientos delanteros—, nosotras queremos Pepsi.

Lo admito, me dió miedo como ese par se giraron a vernos.

—¡¿Qué?! —medio gritaron al unísono.

—Sí, Pepsi —afirmé.

—No es tan dulce como la Coca-Cola —agregó Zhari.

Ellos parpadearon, incrédulos. Luego se miran balbuceando un par de cosas incompletas sin sentido, finalmente Eros nos repasó con la mirada, sus labios formaban una mueca que hasta le hacía arrugar la nariz.

—Olvídalo, amigo, tú sí eres el verdadero amor de mi vida, ellas son las impostoras.

—Oh, vamos, es solo una bebida —defiende Zharick.

—¡Es Pepsi, eso es una ofensa total, linda! —se indigna Christopher—. Dejo pasar que a él le guste más Wendy's que McDonald's, ¿Pero qué a ustedes les guste Pepsi más que Coca-Cola? Jamás, ¿Con qué gente nos veníamos a juntar, amigo?

—No lo sé, me siento ofendido en niveles increíbles.

—¡Oh, por favor! —nos quejamos Zharick y yo.

Una Noche Sin Luna✔️Where stories live. Discover now