24 | Entre temprano y tarde, prefiero que sea nunca

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—Entonces, para resumir todo... ¿Te gusta Eros?

Asentí sin despegar la mirada del techo, desde hace tres días que me di cuenta de eso no he podido procesarlo por completo.

—¿Y cómo estás con eso?

Resoplo, apoyándome de mis codos para levantarme. Zharick estaba en la misma posición que la última vez que había venido a su casa.

—Te culpo de todo.

—¿A mí? —se señala, sonriendo.

Le dirijo una mirada de ojos entrecerrados y la apunto con mi dedo, Zharick se ríe de mi actitud acusadora.

—Si me hubieras mentido todo estaría bien, prefería el descaro antes que esto.

—Pero entonces, ¿No te gusta Eros?

—¡Claro que me gusta, y eso es lo que no me gusta! ¡No me gusta que me guste!

—Alá santísimo —masculló ella, masajeandose las sienes.

Vuelvo a resoplar, cubriendo mi rostro con mis manos y echándome sobre su cama una vez más, un gruñido de frustración se me escapó. Todo esto era estresante para mí.

—Me gusta Eros, Zharick, tengo que admitirlo, pero eso precisamente no me agrada —ella asintió, poniendo su mayor expresión de prestar atención—, somos amigos, él me considera su mejor amiga, y quizá yo también lo vea así.

»Lo quiero mucho —admití volviendo a mirar al techo, se había vuelto mi punto de vista favorito—, y no quisiera perderlo como amigo.

—Ay, Didi —mi mejor amiga se echa a mi lado, por la vieja costumbre que teníamos me acurruqué junto a ella, apoyando mi mejilla de su hombro—, que tengas miedo es entendible, a todos nos aterra perder a un amigo, pero ¿No crees que vale la pena?

—Ni siquiera creo que le guste a Eros, Zharick, y es bastante improbable que lo haga.

—Uno nunca sabe, eres bonita, inteligente y una de las pocas personas que entiende su personalidad.

Sonreí de acuerdo a eso, en un inicio Eros me parecía alguien totalmente extraño y muy extravagante, y lo sigue siendo pero ahora es más soportable.

—El que lo conozca bien no significa que le guste, Zhari.

—Por eso te digo, a veces correr riesgos traen cosas buenas.

Mantuvimos el silencio un rato, desde aquí se podían escuchar las voces de nuestros padres en la sala. Mis papás y los de Zharick siempre se han llevado bien, como tenían un tiempo sin verse, nuestros padres decidieron organizar una cena para ponerse al día, cuando ella y yo subimos a charlar a su habitación, los adultos se habían sentado en la sala a cotillear de sus cosas adultezcas con el buen acompañamiento de un Karak chai. Zaid, como siempre, se había quedado jugando con Baloo.

Por un momento se me cruzó la idea de correr ese riesgo, ir y decirle a Eros que me gustaba, muchos escenarios se crearon en mi cabeza en solo segundos, esos en la mayoría siendo malos y arruinando mi ánimo. En los aspectos románticos, yo no era como Zharick, ella es más abierta a admitir sus emociones, en cambio yo... era reacia y necia, han sido pocas las personas que de verdad me han gustado, por eso tenía tan poca experiencia en lo que es sentir algo amoroso por alguien.

Y debo de ser sincera, estaba del asco.

—¿Cómo fue con Christopher? —pregunté cuando pensé en su relación con el rubio, nunca me había dado tantos detalles de cómo empezaron a salir, solo pasó y ya.

Zharick suspira entrelazando sus manos sobre su estómago, una sonrisa tonta se formó en sus labios y la mirada que tiene ahora es de una persona totalmente colgada.

Una Noche Sin Luna✔️Where stories live. Discover now