37 | Llorar no es malo, es algo que debemos aprender

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El Peor. Fin. De. Semana. De. La. Historia.

Normalmente en mis fines de semana me la pasaba viendo televisión después de hacer mis obligaciones, jugar con Baloo en el patio o en algunas ocasiones salir al parque. Si tenemos en cuenta los últimos meses, en salidas con Eros.

Este fin de semana fue el peor de todos.

Aún no me apetecía verles las caras a mis papás, así que solo bajaba a la sala cuando estaba segura de que se encontraban en su habitación, y si dado el caso de que mi cálculo de tiempo fallara, solo ignoraba sus intentos de charla volviendo a encerrarme en mi habitación.

Estaba en todo mi derecho a estar molesta, así que no me juzguen. No conocen toda mi vida.

Mi viernes y sábado consistió en estar en mi cuarto con la compañía de Baloo en intervalos de tiempo, ni él era capaz de acompañarme tanto rato, estar en mi móvil vagando en el extenso mundo de las redes sociales, viendo vídeos en Youtube sobre cómo mejorar el ángulo de mis fotos y probar nuevos mandos en mi cámara. Salir a comer media hora o una hora después y dormir.

Así pasé mi triste viernes y sábado, ¡Pero hey, el domingo...! Fue casi igual de deprimente, la única diferencia es que pude bajar a la sala un rato.

Sé que mis papás salieron antes de que despertara, así que aproveché ese tiempo para comer tranquila mientras veía la televisión y cambiar de escenario. Nunca antes había pasado tanto tiempo en mi cuarto, sentía que las paredes se cerraban sobre mí. Hurté algunos snacks de papá a mi habitación para tener algo que comer en las tardes, jugué con Baloo a la pelota... algo de la rutina de siempre.

Mis cálculos dieron a qué mis padres volverían a eso del medio día, ambos estaban libres del trabajo hoy, por lo que debieron salir a hacer la despensa de la semana, siempre se tardan porque hay cosas a las que papá y yo somos alérgicos y necesitamos que estén fuera de ese ingrediente, a comprar medicinas... hacen la compra de todo y suelen tardarse por eso.

Y yo justo ahora estaba bastante a gusto con su llegada tarde a la casa porque así me permitía más tiempo fuera de mi cuarto.

—¿Aún castigada? —es la pregunta de Zharick después de un rato de conversación.

Suspiré, bajando la pantalla de mi laptop con el mouse.

—Sí, todo el fin de semana.

—Mira el lado positivo, mañana se acaba tu castigo.

—Yupi.

—Vamos, Diane, anímate.

—Zharick, aunque mi castigo se acabe mañana, algo pasará para que mamá lo alargue, la conozco.

Fue su turno de suspirar.

—Sabes que tienen un poco de razón.

—No quiero hablar de eso, Zharick.

—Diane, los preocupaste, sabes cómo son tus papás con respecto a ti, tenían sus motivos como tú tenías los tuyos...

—Zharick —advertí, viendo molesta a la pantalla de mi móvil a mi lado en en sofá.

—Vale, mereces privacidad y tal, tienes dieciocho años, es comprensible que quieras tu espacio...

—Zharick Amira...

—Pero ellos siguen siendo tus padres, tú sigues viviendo bajo su techo, y están en todos los motivos para preocuparse por ti. No digo que tú actitud haya estado de más, pero sí un poco exa...

—¿Un poco qué? —ella se calla ante mi tono claramente molesto—, ¿Un poco qué, eh?

—¿Exagerada? —sugiere, aguda.

Una Noche Sin Luna✔️Where stories live. Discover now