𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒𝟎 (𝐓𝟑)

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CAPÍTULO 40
"TE AMARÉ ASÍ ETERNAMENTE"

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Emma y Oliver se habían movido de la tumba de la pequeña Emily y estaban sentados en una banca cerca a los jardines mientras el atardecer llegaba y el sol empezaba a descender lentamente.

La cabeza de la mujer reposaba en el hombro del hombre mientras su mano se deslizaba calidamente entre su hombro.

—Asi que querías hacerle una fiesta de cumpleaños... no tengo dudas de que sería muy rosa —Oliver hablaba mientras Emma sonreía nostálgica recordando todos los planes que tenía para el cumpleaños de su hija.

—Hasta el último rincón —dijo ella para cuando ambos rieron. La rubia levantó su cabeza para observar al vampiro, él ya sabía toda la historia de Emily y el trágico final que Imiza le había dado—. Esa niña era luz —su voz se detuvo sin querer quebrarse—... y tuve que traer el caso a ella.

—Oye —las manos del hombre tomó las suyas para interrumpirla—. Fue Imiza quien hizo eso, tú solo le diste amor y la calidez de una madre a esa pequeña y si pudiera decírtelo ella misma lo haría.

La mirada de Emma decayó pero Oliver se encargó de levantar su rostro con delicadeza.

—Emily fue y será tu hija, y tú su madre. No hay nada más que discutir.

El fundador no había estado presente para conocer a la pequeña licantropa, pero sabía que Emma solo podía haber sido capaz de entregarle todo su cariño y pureza a aquella niña cuando tuvo la oportunidad. Conocía a la mujer de la que estaba enamorado, a la cual amaba, y quería que ella también viera eso de su pasado.

Emma abrazó a Oliver tras escucharlo y no se separó por un largo momento.

—No sabía cuánto te había extrañado.

Las palabras salientes de la rubia eran una caricia para Oliver, ella era una dulzura ante sus ojos y solo quería cuidarla. Siempre, sin importar la situación.

♣️♣️♣️

Los hermanos se habían reunido con Caroline luego de la reunión y estaban comiendo algunas galletas que una estudiante les había regalado cuando vieron llegar al par de rubios.

Caroline les sonrió como recibimiento mientras los Salvatore esperaban por el estado de Emma, ella iba tomada del brazo de Oliver con algo de cansancio en su rostro pero sin embargo también con una sonrisa; todas las emociones que recordar a Emily le generaban era algo que su cuerpo y su mente a veces no resistían.

—¿Pudiste hacer lo que tenías pendiente?

Emma asintió a la pregunta de su doppelgänger para soltar a Oliver antes de sonreírle a modo de agradecimiento.

—Así es. Me encontré con Oliver allí —explicó—, siento no haber regresado.

—No te preocupes. Los maestros y yo terminamos el resto.

—Bueno, hora de saludar a tu mejor amigo rubia —Damon dejó su asiento para sonreír y abrazar a Emma. La rubia imitó su movimiento y luego del cálido saludo el pelinegro habló—. ¿Vas a estar ocupada ahora?

—De hecho sí —recordó—. Debo ver algunas cosas para la transición de Bonnie, iré al hospital del pueblo y luego tengo que preparar otras cosas con Enzo.

—Genial, ¿a qué hora nos vamos?

Emma sonrió por la intención de Damon de acompañarla, cosa que no la molestaba en lo más mínimo.

𝐋𝐀 𝐔𝐋𝐓𝐈𝐌𝐀 𝐅𝐔𝐍𝐃𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora