𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟖

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CAPÍTULO 18
"¿SORPRENDIDA?"

♣️♣️♣️

—¿Qué sucede? —preguntó Emma tras colgarle a Elijah y llegar con Caroline y los demás.

—No lo sabemos. Debemos ir a ver —aseguró la directora para dar instrucciones tras el alboroto—. Cada maestro busque su grupo y llévelo a un salón para estar seguros. Los demás refúgiense hasta saber qué sucede.

Todos asintieron a las órdenes y Emma como Caroline corrieron hacia el lugar donde provenían los gritos.

—¡Niños! ¿Qué sucede? —preguntó preocupada Caroline a unos cuantos pequeños que venían corriendo.

—Una señora llegó y quiso lastimarnos. Primero hirió a las personas de la entrada y luego fue hacia nosotros —explicó un niño—. El señor Stefan nos ayudó y pudimos correr, pero él sigue allí.

Varios alumnos y maestros corrían de aquí para allá por el caos, al parecer la situación no había sido muy amigable.

—¡Señorita Forbes, la necesitamos aquí!

Caroline escuchó a la distancia sin saber qué hacer.

—Ve. Yo buscaré a Stefan —dijo Emma con seguridad.

La rubia asintió y corrió a ayudar a todos mientras Emma salió a la entrada principal. Al salir extrañamente todo parecía en orden...

Un Stefan a lo lejos parecía hablar solo.

—No pareces sorprendido —aseguró la mujer frente a él.

Stefan negó.

—Eres Imiza. La madre de Emma.

Así era. La mujer frente a Stefan era la madre de su amiga.

—¿Stefan... estás bien? —la rubia fue acercándose.

—Lo que sea que quiera, por favor no la lastime —pidió el vampiro.

—¿Stefan...?

Cuando la rubia se acercó lo suficiente, la ilusión del lugar se desvaneció ante sus ojos, mostrándole a una mujer de espaldas. Con quien hablaba Stefan.

Lentamente y como si quisiera hacer del momento algo peor, Imiza observó cómo si nada a Emma.

—Hola, hija.

Sin poder resistirlo, Emma dio un paso hacia atrás. Asustada, y estupefacta se dio cuenta que la mujer de la cual había huido tanto, por la cual había tenido que dejar tantos lugares y oportunidades estaba frente a ella.

La persona por la que tanto había sufrido, llorado y perdido gente estaba ahí con ella.

Su madre, otra fundadora, estaba a centímetros de su cuerpo.

—¿Sorprendida? —preguntó con ironía— Pareces estarlo un poco, florecilla.

Emma se quedó sin palabras. El miedo y la adrenalina que la llenaba estaba recorriendo todo su cuerpo dejándola incapaz de reaccionar.

—Tú... —salió apenas en un hilo de voz de la mujer perpleja.

—Tu madre. Así es, cariño —sonrió maliciosamente la pelinegra—. Te dije que vendría y aquí estoy, y sabes muy bien a qué.

Stefan sabiendo lo que deseaba hacer desde hace tiempo Imiza se colocó frente a Emma, interponiéndose entre ella y su madre.

—Díganos qué quiere a cambio, pero no haga nada. Hay niños dentro —dijo como último recurso pero aquel detalle no haría mover alguna fibra del frío y malvado corazón de la fundadora.

𝐋𝐀 𝐔𝐋𝐓𝐈𝐌𝐀 𝐅𝐔𝐍𝐃𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀Where stories live. Discover now