𝐋𝐀 𝐔𝐋𝐓𝐈𝐌𝐀 𝐅𝐔𝐍𝐃𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟐 (𝐓𝟐)

CAPÍTULO 22
"LA FAMILIA QUE ESCOGES"

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Damon estaba en la cocina de casa tratando de hacer algo para Elena y Emma. Stefan estaba fuera así que aprovechó la ocasión para cocinar un pequeño detalle para sus chicas.

—De acuerdo, ¿veamos cómo vas? —le habló al recipiente que observaba tras el cristal del horno— Nada, ¿eh?

El pelinegro se dio vuelta con el paño de la cocina, limpiando sus manos entre sí cuando encontró a la rubia parada en silencio.

—Oh, rubia —dijo tras la sorpresa— ¿qué haces ahí en silencio? Ven, no creerás lo que estoy cocinando.

La sonrisa de Damon fue borrándose al ver que Emma no decía nada.

—¿Emma... qué pasa? —sus pasos se fueron dirigiendo hacia la mujer.

—Acabo de terminarle a Elijah —dijo mostrando estar en algún tipo de shock, sin poder creerlo ella misma.

—Oh Emma, lo siento en verdad —dijo llegando con ella y tomándola de sus hombros— ¿Qué necesitas?

—Necesito... un amigo —dijo para verlo y su rostro confundido y perplejo conmovió al hombre que la acercó para abrazarla.

—Lo siento en verdad, pero aquí estoy siempre que me necesites —aseguró estrechando a la mujer.

La mente de Emma estaba en guerra con su corazón. Su razón le decía que había hecho lo que era mejor para salvar a Elijah de su madre y las posibles represalias que podía tomar por ella pero su corazón seguía rompiéndose tras decirle al hombre que amaba que sus caminos debían separarse.

—Yo tuve que dejarlo ir, Damon.

Las manos del vampiro tomaron entre sí el rostro de Emma para quedar frente a frente.

—Ya tendrás tiempo para explicar, pero ahora debes permitirle a tu corazón sentir lo que desee.

Emma asintió lentamente entendiendo las palabras de Damon, y poco a poco sintió cómo las lágrimas llenaban sus ojos.

—Dejé al hombre que amo, Damon —dijo más para ella misma en medio de un hilo de voz y terminando de romperse en los brazos del hombre.

Silas le había encomendado a Stefan que cuidara de su mejor amiga, pero su hermano también tendría parte en ello ya que desde que se conocieron, incluso luego de haber intentado asesinar a su hermano pequeño, Damon Salvatore había visto una chispa única y especial en la rubia que llegaba con miles de misterios, secretos y sorpresas que le hicieron apreciarla cada día.

El hombre que respetaría el lugar de Silas pero actuaría como un mejor amigo y confidente para Emma era el vampiro que durante años había esperado por una amistad como esta.

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La noche había pasado y el dolor entre el vampiro original y la fundadora se iba asentando en su interior.

A la mañana siguiente Emma despertó, tomó una ducha y estando lista su teléfono sonó.

—Stefan, ¿si recuerdas que vivimos en la misma casa?

—No refutes mi increíble llamada y sal de casa en quince minutos —dijo como respuesta.

—De acuerdo —replicó la rubia para terminar la llamada.

Pasado el tiempo que Stefan le había indicado a Emma, ella salió de casa encontrando el auto rojo del menor de los Salvatore junto a su dueño esperando por ella.