𝐋𝐀 𝐔𝐋𝐓𝐈𝐌𝐀 𝐅𝐔𝐍𝐃𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟖 (𝐓𝟑)

CAPÍTULO 38
"LA FUTURA SALVATORE"

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Emma abrió sus ojos mientras la luz mañanera y cálida se adentraba en su habitación en forma de rayos. Su rostro recibía las pequeñas punzadas de calor con agrado antes de levantarse y esperar un poco antes de irse a la ducha.

Su baño duró un par de minutos y una vez limpia y lista para su nuevo día, se envolvió en la toalla tras recoger su cabello y salió del baño para escoger la ropa que usaría.

Estaba revisando su teléfono antes de empezar cuando la puerta frente a ella se abrió sin previo aviso, su mejor amigo pelinegro y de ojos encantadores entró con normalidad.

—¡DAMON! —soltó sorprendida la rubia tomando con fuerza su toalla y el teléfono en la otra mano.

El vampiro apenas terminó de observar la habitación la vio.

—¿Qué? —preguntó confundido.

La mirada incrédula de Emma enmarcó su rostro.

—¿No ves? ¡Estoy en toalla! ¡Lo que significa desnuda!

La expresión en el rostro de Damon demostraba la poca importancia que le daba.

—Rubia, he tenido sexo con Elena durante años, sé qué hay debajo de una toalla.

—¡DAMON!

Emma se apresuró a tomarlo de los hombros para girarlo y cambiarlo de lugar mientras se vestía.

—¿Qué necesitas? —indagó la mujer mientras su mejor amigo observaba una de las paredes del lugar y ella se ponía lo ropa a toda velocidad.

—Específicamente, una cosa. Tu ayuda. Hoy le haré la propuesta a Elena, y quiero revisar cada detalle antes de hacerlo —el pelinegro respondió para luego abrir un mueble donde había ropa de su mejor amiga, y por supuesto terminó cruzándose con su ropa interior—. Vaya, sí que te gusta el azul, conozco a alguien que también le encanta —sonrió divertido tomando un sostén hasta que Emma con su velocidad se lo quitó de las manos.

La mirada acusadora de la mujer sólo obtuvo una sonrisa típica del vampiro para ese tipo de situaciones con gracia.

—De acuerdo. Déjame tomar mis cosas y nos vamos.

Damon asintió a las palabras de Emma y se dio vuelta para salir de la habitación, pero no sin antes aclarar algo con una sonrisa amplia y pícara.

—¿Sabes a quién más le gusta el azul? A Stefan.

Emma optó por lanzarle una almohada de su cama, espantando así al hombre y quedando sola nuevamente. Algo que la intrigaba era el comentario de Damon... ¿su mejor amigo sabría o tendría sospechas sobre sus sentimientos por su hermano?

♣️♣️♣️

Los mejores amigos estaban caminando por el Mystic Falls, horas antes de que Damon le propusiera matrimonio a Elena, con la promesa de estar juntos por la eternidad como marido y mujer.

—¿Tienes hambre? Podemos parar por el grill antes de ir por mi traje —aseguró Damon que llevaba a Emma sujetada de su brazo mientras el frío corría en dirección contraria a ellos y chocaba con sus mejillas.

La rubia asintió y su camino se desvió para finalmente llegar al lugar, seguramente, más concurrido de Mystic Falls cuando de comida y bebidas se hablaba.

—Dos bourbons, por favor —pidió el hombre una vez tomaron asiento.

—Y papás fritas, gracias —añadió Emma.