Me quedé en silencio, viendo como Taehyung volvía a comer de su hamburguesa en silencio. Si aquello era cierto, esto podía ser claramente una muy mala situación para ambos, más menos una conversación incómoda que tendía con él. No tenía idea absoluta que Baekhyun hablaba de mi de los demás, o al menos de esa manera, era vergonzoso.

—¿Cómo no estás asustado? —Le pregunté a Taehyung, intentando lucir relajada al respecto. Él solo me miró sin decir nada.

—Me gusta el peligro. —El contó—. Y, nadie le hace caso a un enfermo mental. —Se encogió de los hombros con normalidad. ¿Enfermo mental? Lo miré con exactitud y cuidado—. ¿No sabías eso?

Negué con la cabeza, lo cuál hizo a Taehyung sonreír un poco apenado.

—Parece que no. —Taehyung murmuró y volvió a mirarme. Pero fue salvado por su alarma, la cuál el apagó para empezar a recoger sus pertenencias—. Tengo clases ahora.

Asentí sin decir nada al respecto, viendo cómo Taehyung acompañado de todas sus cosas se iba de la cafetería. Lo cuál me había dejado un sentimiento de inquietud al momento que intentaba conectar los puntos. ¿Qué tipo de enfermedad mental tenía? ¿Será por eso que Baekhyun no quiere que me le acerque? ¿Los demás que interactúan a su alrededor lo trataban diferente por eso?

—Así quería encontrarte. —Dijo la voz de una chica a mis espaldas. Me di la vuelta después de ponerme de pie y la miré. Le di una cálida sonrisa a lo que ella borró la suya de su rostro inmediatamente.

—¿Tienes algo que decirme? —Le pregunté, esperando a que me respondiera. Sin contar cómo casi todos en la cafetería nos miraban con atención. Ella dió un paso hacía mí, con la intenciones de empujarme.

—¿Se te olvido lo que dije la última vez? Sobre tu y Baekhyun... —Me dijo, hablando en un tono alto, y donde nuevamente intentaba empujarme—. ¿Creíste que él no me lo contaría? —Susurró.

Me había quedado helada, sin saber que decirle al respecto. No podía echarme hacía atrás ahora. Miré detrás de ella, cómo él estaba parado detrás de nosotras con atención, y dejándome en claro que estaba esperándome.

—Oh, estoy segura de que lo hizo. —Le respondí, asintiendo lentamente—. Creo que lo único que me diferencian a mi y de tus amigas, es que a mi me dijo que no, mientras que a ellas... bueno, te dejaré a ti averiguarlo. —Le sonreía, mientras volvía a tomar mis cosas para irme de allí. Pude sentir la mirada de ella sobre mí—. ¿No querías tener la razón? Baekhyun me rechazó.

La mirada de Solji cada vez se veía más y más molesta.

—¿No te avergüenza decirle eso a un chico con novia?

—No, no me avergüenza. —Le respondí—. ¿Te resulta divertido hacerme esto a mi? ¿Reclamármelo a mi? Cuando todas tus amigas se han dado el lujo de coger con Baekhyun, ¿Tienes que fastidiarme a mi por algo que nunca pasará? Creo que deberías estar feliz. Si yo soy el problema, y tu novio puso un alto.

Por la manera en que todos miraban la situación para hacer comentarios bajo sus alientos, vi cómo los ojos de Solji se empañaban.

—Así que, sólo te ruego que encuentres tú paz. —Le pedí con una sonrisa—. Y a mí déjame en paz.

Diciéndole eso, caminé lejos de ella. Dejándola sola, y viendo cómo los demás abrían espacio para dejarme salir. Me acerqué a Chanyeol, quién con una sonrisa en el rostro podía darme cuenta cómo estaba orgulloso de mí. Abrió sus brazos para recibirme con un abrazo, y caminar conmigo fuera de la cafetería.

Aunque de sólo pensar lo que había hecho, podía sentir cómo mis piernas iban a fallar en cualquier momento.

—Lo hiciste bien. —Me dijo, haciendo que me detuviera y lo mirara—. Estoy orgulloso de ti.

Me quedé en silencio, mirándolo con atención.

—¿Me extrañaste? —Preguntó él, mientras acariciaba una vez más mi cabeza, la cuál quité de mi cabeza inmediatamente.

—¿Dónde estabas?

—Tenía algunas cosas pendientes. —Dijo, metiendo las manos en sus bolsillos—. ¿Estás molesta?

—No. —Negué con la cabeza—. Pensé que nunca volvería a verte.

—¿En serio? —Chanyeol se rió—, ¿Y cómo te hizo sentir? ¿Estabas triste?

Me quedé mirándolo sin decir nada al respecto. Chanyeol no estaría aquí para siempre, él se iría en un momento dado. Justo cuando cumpliera con mi parte del contrato.

—¿Haces algo ahora? —Preguntó, lo miré y negué con la cabeza.

—Vamos. —Dijo tomando mi mano.

—¿A donde?

—A tener una cita, una de verdad. —Dijo, para guiñarme un ojo mientras caminábamos a su auto.

—¿Por qué una cita? —Le pregunté, mirando con curiosidad a Chanyeol, quién encendía el auto y le dedicaba una mirada a Sora.

—Porque nunca no te han llevado a una. —Chanyeol respondió, lo cuál me hizo apretar los labios—. Y creo que debes saber cómo es una cita de verdad, así tienes una expectativa a no recibir lo mínimo.

Sentí la vibración de mi teléfono en mi bolso, lo cuál me hizo buscarlo y solo viendo la bandeja de entrada con un número desconocido y unos 3-4 mensajes. Al abrir el mensaje, solo pude leer las primeras dos lineas antes de

+1 808 312 9824:

Hey, Sora! Es Baekhyun.

Perdí mi teléfono (básicamente me lo robaron), estoy viendo si consigo uno nuevo mientras... Este lugar es aburrido. Casi no hay señal. Te escribo para que sepas que estoy vivo.

Sé que cometí una estupidez y seguramente debamos hablar de esto una vez llegue. Lo siento, ¿Si?

Te extraño.

Miré la calle sin decir nada, guardando nuevamente el teléfono. Respiré profundo, no iba a negar que los últimos dos mensajes causaron cierta presión en mi pecho. En realidad no estaba lista para verlo una vez más, y mucho menos hablar sobre eso.

—No tienes que hacerlo si no quieres. —Chanyeol me dijo—. Tú ya hiciste lo que pudiste.

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editado, 2024

mirror ー p. chanyeolWhere stories live. Discover now