twenty

5.8K 699 193
                                    


Está latiendo por ti. Mientras esas palabras resonaban dentro de mi cabeza, luego de que habíamos bailado, cenado, y luego de las situaciones incómodas que soportamos por parte de sus familiares. Chanyeol nos excusó a ambos para darme un paseo por la casa, y todas sus instalaciones. Él empezaba a contarme historias de su juventud, sus memorias, cómo es su vida. Lo cuál me fascinaba y hacía ver las cosas desde su punto de vista.

Habíamos llegado a un lago, que se encontraba muy alejado de la residencia. Podía ser una reserva privada, dónde estaba segura que mantenían peces que sólo eran conservados por acuarios. Chanyeol me ofreció su saco, desde el momento en que notó que tuve un escalofrío cuando la brisa de la noche pasó por mi cuerpo. Nos sentamos en el banco de piedra y miramos las estrellas.

—¿Te gusta? —Preguntó curioso, mirando el lago al igual que yo. Aparte de nuestras voces, podían escucharse el sonido de los grillos entre los árboles.

—Es hermoso. —Le respondí, manteniendo una sonrisa en mi rostro.

—A mis padres les agradas mucho. —Comentó, a lo que largo un suspiro—. A mis hermanas también, creo que más.

—Son agradables... Si quitamos la parte en las que querían matarme, son un amor. —Le respondí, intentando no reírme lo cuál fue difícil una vez Chanyeol empezó a reírse al respecto.

Mientras ambos reíamos juntos, Chanyeol mantuvo su mirada en mí para luego apretar sus labios antes de decir algo. —Entonces, ¿Qué dices?

—¿De qué exactamente? —Pregunté, curiosa al respecto.

—Ya conoces mis sentimientos hacía ti. —Chanyeol dijo, mientras ponía la mano detrás de su nuca—. ¿Vas a venir conmigo?

Me había quedado en silencio. Sin siquiera saber que responderle, solamente me quede mirándolo. Sabía que esto iba a suceder, en algún momento, pero por más de que lo sospechaba, tenía miedo de que sucediera. Pero mi rostro no mentía, seguía confundida.

—Chanyeol... —Dije, para luego aclarar mi garganta, intenté mirarlo a los ojos—. Yo...

—Lo entiendo. —El dijo, lo cual me dejó desconcertada—. Sé que tengo que jugar contra él, pero a mí no me da miedo darlo todo por ti, Sora. —Me respondió, mirándome a los ojos. Pude sentir cómo mis mejillas se calentaban y miré directamente al lago—. Pero si no consigo nada, sé que vas a quedarte aunque yo me vaya, y aunque no consigas nada... Sé que vas a quedarte ahí.

Chanyeol hablaba con tranquilidad, mientras daba un suspiro.

—Así que... en 25 días haré que te enamores de mí. —Me prometió—. Vas a darte cuenta que se siente que alguien lo dé todo por ti. —Dijo, mientras me sonreía—. Y lo mejor, es que tu te darás cuenta de que al menos yo si valgo la pena.

Por más que quisiera controlar la expresión en mi rostro, no podía evitar sentirme nerviosa. Cómo si en mi estómago las mariposas estaban descontroladas, y mi corazón palpitaba tan fuerte que amenazaba con salir de mi pecho.

Baje la mirada ocultando el sonrojamiento de aquel momento. Y el rió al respecto.

—Y, con respecto al hurón... —Comentó, cambiando el tema rotundamente, le miré—. Lo dejé morir. —Dijo, dando una sonrisa lamentable, mientras que miraba al lago.

—¿Cómo? —Pregunté curiosa, mientras lo miraba.

—Hice una maquina con cartones e hilos para no tener que diario alimentarlo. —Comentó con gracia—. Funcionaba los primeros días. Me fui a un campamento una semana, y al volver. Kugo estaba muerto. Pensé que estaba dormido, así que, dormí con el en mi cama. Mi madre me castigo por matarlo y luego dormir con el.

mirror ー p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora