thirty

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20 días

Y desde aquella noche, después de ese beso, y aquel momento en el cual deseaba verlo tocar mi puerta, no lo vi otra vez. No me lo encontraba en las mañanas cuando salía a correr, ni leía los mensajes que le mandaba a su número, cuando intentaba hablarle y tenía la más mínima esperanza de su respuesta. No recibí respuesta, y ni siquiera sabía que había ocurrido.

Baekhyun, por el otro lado, tampoco volvió a tocar el tema una vez más. Nos encontrábamos en la casa, y no nos decíamos más de 5 palabras, las cuales terminaban en el aire. Por suerte, nuestra semana de finales estaba cerca h ambos tomábamos nuestro tiempo para estudiar, así que había una excusa para continuar evadiendo aquella situación.

Mis familiares, más que nada, mi mamá, había intentado una y otra vez en ponerse en contacto conmigo; y yo continuaba ignorando sus llamadas y mensajes, al punto en el que se volvía más y más  agobiante. La situación con Yuri se había calmado, o al menos un poco, y por lo poco que escuché, mis padres le pusieron unos cuantos acuerdos, a ambos. Lo primero fue que ambos debían terminar la secundaria, y tal vez la universidad no era una opción por el momento. Ambos se mudarían a casa de mis padres por solo tres años, pero mis padres solo cubrirían los gastos de aquel bebé, y ellos trabajarían para ellos mismos. En conclusión, iban a dejarlo todo pasar una vez más. Yo, por mi parte, decidí no involucrarme más.




Tocando el timbre varias veces, me quede esperando a que Youngji abriera la puerta. Era una de las pocas veces que salíamos juntas de compras, ya que nuestros horarios no coincidían, o teníamos un turno en el café.

—¡Sora! —Dijo, antes de abrazarme. Me di cuenta que estaba terminando de arreglar su pelo.

—YoungJi. —Le salude mientras le sonreía. Ella me invitó a pasar, y pude darme cuenta que su apartamento era completamente diferente a ella. Colores cálidos y neutros, muebles necesarios y un aroma dulce y fresco, siendo un buen lugar para que dos personas puedan vivir.

Pude darme cuenta que había una mujer sentada en la mesa baja, barajando unas cartas en su mano, mirándome con curiosidad.

—Hola. —Saludé, siendo educada.

—Sabía que vendrías Sora. —Dijo ella sonriente. Fruncí el ceño, sin entender a lo que se refería.

—Ignora a mi hermana. Está loca. —Me dijo Youngji, mientras negaba con la cabeza—. Vuelvo en unos minutos. —Me dijo—. Miyoung, por favor, no empieces.

Le pidió y su hermana asintió mientras veía a su hermana irse dentro del pasillo a su habitación.

—Tú conociste el mundo hace poco, ¿Verdad? —Preguntó Miyoung, mientras sacaba una tarjeta pequeña de su bolsillo y me la pasaba.

—¿A qué te refieres? —Le pregunté, aceptando la tarjeta mientras leía su contenido.

«Descubre tu futuro con Mi Young.»

Recordó cuando Youngji le había mencionado que su hermana era completamente diferente a ella. Que ella tenía una relación con el más allá, o quizás tenía mucha suerte adivinando la fortuna de los otros. Psíquica, era la palabra.

—Puedo ayudarte a conocer que va a pasar con dos corazones... —Me miró, dándome una sonrisa convincente.

—¿Dos corazones? ¿Cuáles dos corazones? —Pregunté confundida.

—¿Puedo leer tus manos? —Preguntó ella, ofreciendo las suyas para tomar la mía. Y pensando en que me arrepentiría de esto en algún momento, tome asiento frente a ella.

mirror ー p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora