❥ ; FINAL - Nuevos comienzos

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—¿Se pondrá bien? —La voz desolada de Kaveh inundó la estancia.

A lo lejos se escuchaba el llanto de Tighnari, murmullos, pitidos. ¿Cuánto tiempo había pasado? No podía responder por mucho que quisiera, pero Yarim estaba recobrando poco a poco la consciencia.

—Todo depende de si el chico sobrevive, si muere ambos lo harán— dijo Baizhu, esa voz que conocía tan bien, que le había tratado cuando estaba en la academia—. Veo que sigues siendo un cabezota, Kaveh...

—¿¡Qué querías que pensara!?

"Mamá, no llores, estoy bien", dijo en su mente Yarim, aunque aún no podía responder ni moverse lo más mínimo.

—No es poco común, sobre todo en manadas más grandes y más aún si solo comparten un progenitor, los genes de Alhaitham parecen querer preservarse con mucha fuerza —comentó el doctor.

Kalah comenzó a llorar en los brazos de Kaveh y este trató de calmarla, pero le estaba transmitiendo todo su dolor. Alhaitham estaba con Tighnari esperando en quirófano y Cyno se encontraba allí con él. Dante, Aletheia y Kristov se habían quedado con los pequeños.

—Mi primo intentó abusar de mí, mi tío lo hizo y pretendes que de por hecho que en la familia pueden haber destinados cuando mi ejemplo de familia es... horrible...

—Lo sé, Kaveh, pero no puedes ser tan impulsivo —continuó el doctor.

"Mamá nunca me contó eso...", pensó Yarim. Kamran no era como su primo, jamás haría algo así, no entendía por qué lo veía reflejado en él.

—Parece que no hemos aprendido nada después de tantos años... —se lamentó Cyno, quien no había tomado partido hasta el momento. Sin embargo podía sentir toda la angustia de su destinado ante la posibilidad de que su hijo no saliera con vida del quirófano, él mismo también estaba muy preocupado por Kamran. También era como un hijo para el beta—. Se quieren, Kaveh, todos lo hemos visto, y esto solo lo demuestra...

—Lo sé... y espero que no sea demasiado tarde para pedirles perdón, pero mi niño es tan joven y... —no pudo terminar de hablar, las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas mientras abrazaba a Kalah—. Odio todo esto, quiero que pase ya, preferiría morir yo a que lo hiciera él.

En ese momento la puerta se abrió. Habían pasado varias horas, era ya bien entrada la noche y, al fin, habían sacado a Kamran del quirófano y lo estaban llevando a la habitación. Colocaron la cama cerca de la de Yarim. Tighnari no se había separado ni un instante de la puerta y ahora no iba a hacerlo de la cama donde su hijo aún estaba inconsciente.

—La operación ha ido bien, ha perdido mucha sangre, pero está estable —explicó el doctor que había llegado junto a ellos—. Tiene el brazo roto y dos costillas, pero hemos conseguido que las astillas no dañen órganos internos.

Cyno fue rápidamente hacia Tighnari y lo abrazó con fuerza. Estaba aliviado de saber que todo había ido bien a pesar de lo aparatoso que parecía el accidente en un primer momento.

—Estará bien, mi amor... es un chico muy fuerte.

Alhaitham se apoyó en la pared nada más entrar. Tenía la mirada triste y llena de amargura. No podía soportar ver a sus dos hijos así, al borde de la muerte. Estaba agotado, todos lo estaban. Kaveh se acercó a él, con la pequeña en brazos y trató de calmarlo apoyando la cabeza en su pecho.

—Lo siento... Todo esto es culpa mía —susurró el omega tratando de calmar el dolor de su pecho—. Tenía que haberlos escuchado.

El mayor simplemente rodeó a Kaveh con sus brazos y apoyó su frente sobre el cabello rubio del mismo. Todos habían aprendido una valiosa lección ese día, una que ya deberían haberse grabado a fuego muchos años atrás y que parecían haber olvidado.

Destinos entrelazados (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora