❥ ; 10 - Depresión

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Tighnari sintió como si algo se fuera de su propio cuerpo en el momento en el que Cyno salió por la puerta. En seguida supo que no podía hacer nada, al menos por el momento. Miró a su marido y las lágrimas continuaron descendiendo por sus mejillas.

—Alhaitham...

Este reaccionó y le miró aún serio y con notable dolor en sus ojos. Ahora que lo pensaba, ni siquiera había podido tomar a sus hijos en brazos. Todo era un desastre.

—No voy a echarte de casa, ni a ti ni a la niña. Haremos como si nada de esto hubiera pasado— dijo pensando realmente que esto era mejor para todos.

Tighnari se tenso y pasaron unos minutos antes de que contestara. Todo pasaba muy rápido por su cabeza y no sabía que hacer, tampoco tenía muchas opciones.

—Vale...— fue lo que dijo finalmente con las orejas agachadas y se aferró a sus crías como si fuera lo único real que tenía.

La situación era bastante incómoda, Alhaitham jamás se imaginaba que el día en que nacieran sus hijos sería así. Suspiró pesadamente y se acercó más a Tighnari, sentía que ambos necesitaban un pequeño respiro después de toda esa locura.

—¿Puedo conocerles?— dijo mirando a los cachorros con cautela. Después de lo que había pasado, era normal que el omega se volviera más posesivo con los bebés.

Tighnari asintió, pero por inercia sostuvo con más fuerza a la pequeña. Tenía algo de miedo después de ver cómo casi asfixia con su mano a Cyno. Estaba muy cansado y había perdido sangre, lo que más necesitaba era descansar y era en lo que menos estaba pensando. Alhaitham tomó con cuidado a uno de los gemelos y lo puso contra su pecho con mucha delicadeza. Pegó su nariz a la cabecita del niño y por un momento se olvidó de todo mientras la pequeña criatura se aferraba a su camisa. Era precioso, los tres lo eran.

—Entiendo que me odies después de todo... pero yo sigo amándote, Nari— dijo el alfa y sus orejas se agacharon. —Tú y los cachorros sois lo único que tiene sentido para mí... a pesar de todo.

—No te odio... Yo soy el que te engañó, es normal que estés así...— dijo finalmente y cerró los ojos. —También te amo...— "pero no puedo soportar que Cyno se haya marchado", pensó, con el corazón dolido como si hubiera sido una ruptura cuando él ni siquiera era su pareja y ambos apenas habían hablado entre ellos en aquella extraña conversación. —Kaveh es tú destinado entonces...

Alhaitham se tensó de nuevo y cerró sus ojos, pero la sensación de su pecho no se iba. Tighnari no era el único que se sentía roto, pero además él había sido engañado por las dos personas en quien más confiaba.

—Kaveh se ha ido, no es nada para mí— dijo con frialdad, como si cada palabra no le desgarrara por dentro. —Ya has visto lo mucho que me odia.

—¿Qué habría pasado si no se hubiera ido?— cuestionó recordando las palabras del omega cuando Alhaitham le contó la verdad. —Lo siento... No sé qué decir ni qué pensar de todo esto. Me duele todo y... Este debería ser un momento feliz.

—Sabía quién era desde que le conocí y te elegí a ti, Nari... desde el principio y lo seguiré haciendo— respondió el alfa y miró a su marido con los ojos cristalizados antes de acercarse. —Deberías descansar... ya hablaremos sobre esto cuando estés más tranquilo.

Tighnari nunca había tenido esa opción, elegir. Se había dado cuenta de que Cyno era su destinado cuando había tenido a la niña en brazos. Lo sospechaba, pero era un beta y los beta no solían destinarse con omegas así que nunca creyó que fuera cierto. Había creado su vida de ensueño y se había desmoronado en unos minutos.

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant