❥ ; 22 - ¿Es la guerra?

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Hasta que pudieran arreglárselas Kristov dormiría con Aletheia. Sabían que lo mejor era que estuviera con Dante, pero no querían arriesgarse demasiado. La omega no puso objeción alguna y pusieron una cama extra en su dormitorio. Ahora sí que no tendría intimidad con Kiara y quería matar a su hermano por ello.

En mitad de la noche, la chica se desveló. Llevaba un rato escuchando algo, como si Kristov estuviera inquieto y no pudiera dormir. Pasó largo rato escuchando mantas y ¿el armario? Dante le había dado algunas prendas y las había guardado allí, a lo mejor tenía frío.

Aletheia encendió la luz y miró hacia la otra cama. Había un cúmulo de ropa de Dante y todas las sábanas revueltas.

—Kristov ¿estás bien?— cuestionó la chica y tan solo escuchó un sollozo.

La omega decidió levantarse e ir a mirar para saber si estaba bien y, cuando destapó la manta pudo ver lo que más temía. No se lo esperaba en absoluto, pero claro, era un reptil. Kristov la miraba mientras se acurrucaba alrededor de un huevo del tamaño de un útero cuando está a punto de dar a luz, y es que el bebé se gesta desde cero prácticamente bajo el cascarón. ¿Había puesto un huevo allí? Prefirió no pensar en cómo había pasado sino en lo que había pasado en sí.

—Llama... a Dante...—dijo el omega, abrazando a su huevo.

—Os voy a matar... o me vais a matar vosotros.

La chica salió de la habitación y golpeó la puerta de la habitación de los gemelos de forma insistente. No sabía qué hora era, probablemente las cuatro o cinco de la madrugada, pero le daba igual, ella no sabía lidiar con aquello. Poco después, Kamran abrió la puerta con el ceño fruncido y una expresión adormilada. Ni siquiera llevaba camiseta puesta.

—¿Qué pasa?— cuestionó irritado y bostezó.

—El dragoncito ha puesto un huevo— dijo de sopetón. Esos temas eran como las tiritas, era mejor hacerlo de golpe.

A Kamran se le quitó el sueño de golpe y sus ojos se abrieron de par en par. Se giró en dirección a la cama de su hermano y agarró el primer cojín que tenía a mano para tirárselo sin importar que el menor se levantara frustrado. Estaba cabreado por todo lo que le había pasado con Yarim y no le hacía ninguna gracia que el bobo de su hermano les trajera un problema tras otro.

—¿¡Qué haces?!

—Levanta, idiota. Tu omega ha puesto un huevo...

Dante ignoró su enfado por haber sido despertado y se levantó prácticamente de un salto. ¿Iba en serio? Miró a Aletheia y, a juzgar por su expresión, iba muy en serio. Sin preguntarse nada más salió corriendo hacia la habitación de su hermana. Necesitaba ver a Kristov.

El omega estaba completamente abrazado al huevo, incluso su cola se mantenía alrededor de este para darle calor. Cabía justo en el hueco entre sus piernas y abdomen cuando se colocaba en posición fetal. Alzó un poco la vista y cuando vio aparecer a Dante estiró una de sus manos para que este la tomara. El alfa no podía creerlo, aquello era muy real y eso significaba que iban a ser padres. Por un momento le invadió el pánico, no se sentía preparado para ser padre, pero en cuanto miró a su chico un fuerte instinto de protegerle creció en su pecho.

Tomó la mano del reptil y buscó acomodarse en la cama junto a él para poder abrazarle sin que soltara el huevo.

—¿Estás bien?— cuestionó preocupado. Imaginaba que no debió ser nada fácil.

Aletheia miró a Kamran y soltó un suspiro. Definitivamente los iba a matar.

—Me duele todo... pero mañana estaré mejor— pronunció el omega y se aferró tanto al huevo como a su chico. —Vamos a ser padres... A pesar de todo estoy feliz...

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Where stories live. Discover now