❥ ; 8 - De mal en peor

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Tighnari no tardó en cambiarse de ropa y cuando ambos estuvieron listos salieron de la casa. Aquella situación era extraña. Sentía que estaba en una cita, pero a la vez era muy consciente de que no lo era, de que jamás podría serlo. Si Cyno era su destinado, eso quería decir que Alhaitham podría tener otro destinado que no fuera él y quizá si lo encontrase él no se lo pensaba tanto a la hora de dejarlo. Sacudió la cabeza y pensó que eso no podría ser posible, Alhaitham era buena persona y le quería a pesar de todo, no iba a dejarlo de la noche a la mañana y menos teniendo crías en común. Acarició su abdomen mientras caminaba y soltó un pequeño suspiro. Era feliz, tenía una vida de ensueño y quería a Alhaitham, pero Cyno provocaba una sensación en su pecho tan cálida y especial que no podía simplemente ignorarla.

—Vamos a por ropa, quiero comprar algo más ancho para cuando tenga más tripa.

De nuevo esa sensación de que era un intruso en la vida de otro se apoderó de Cyno. Estaba ahí, con el chico que tanto le gustaba, e iban a comprar ropa para su embarazo. Trató de no darle vueltas y de pensar en que solo eran amigos, pues en realidad esa era la verdad a pesar de todo. Juntos caminaron hacia la zona comercial y no tardaron en encontrar una tienda de ropa.

—Estoy un poco perdido en esto— admitió Cyno mientras echaba un vistazo alrededor. Todo estaba lleno en su mayoría de omegas, mujeres beta y sus respectivas parejas. Aunque también había niños.

—Yo también, pero no pasa nada, solo tengo que mirar las tallas supongo, aunque probablemente me crezca mucho la tripa con tres crías— dijo el omega, emocionado. —Siempre he querido bebés, estoy seguro de que serán preciosos.

Caminó tirando de la mano de Cyno hasta la zona en la que estaba la ropa de premamá. Había talla por tipo de cuerpo y también por crías. Tighnari miró la zona de "tres crías" y caminó hacia allí. Había hasta ocho. Eran prendas que se adaptaban al cuerpo y luego al tipo de barriga, había ocasiones en las que, a pesar de tener tres, el tamaño era mayor y debía comprar de cuatro, pero empezaría por lo básico y luego iría viendo.

—Toda la ropa es feísima— comentó Tighnari.

—¿Puedo ayudarles en algo?—. Una joven beta se acercó a ellos con una sonrisa dulce. Era una de las dependientas de la tienda y se había percatado de que los dos chicos parecían un poco indecisos.

—Sí, voy a tener tres crías y estoy de un mes, pronto crecerán y no me quedará la ropa— le explicó Tighnari. —Pero no me gustan los estampados que hay...

—Puedo enseñarles algunas prendas más discretas o con colores lisos. Todo es cuestión de probarse y que vea cómo le sienta— dijo la chica amablemente y les guió hasta otra zona cercana. —¿Es vuestro primer embarazo?

Miró a ambos y Cyno comprendió enseguida que había dado por hecho que él era la pareja de Tighnari, lo cual le hizo sonrojarse un poco.

—Oh, no no... yo solo soy un amigo— le dijo algo nervioso y la chica se sorprendió, al parecer había metido la pata.

—Ya veo, está bien— sonrió de nuevo y continuó buscando prendas.

—Mi marido está trabajando— explicó Tighnari. —Alhaitham, seguro que lo conoce, todo el mundo lo conoce.

El omega siguió a la chica mientras hablaba orgulloso de su pareja. De nuevo, un pinchazo en su pecho provocó que mirase a Cyno. Podrían haber fingido ser pareja por una vez, quizá así podían quitarse la espinita. Ambos cruzaron miradas y ese sentimiento de vacío regresó con más fuerza dentro del pecho de Cyno. La mujer sonreía animada mientras hablaba de la suerte que tenía Tighnari de tener un marido como él, tan guapo y amable. En ese momento el beta se sintió completamente invisible, de nuevo supo que jamás podría competir contra eso.

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora