❥ ; 30 - Nuestro destino

262 36 185
                                    




Dante caminaba de un lado a otro un tanto ansioso mientras escuchaba el pitido del teléfono. Por fin, su padre respondió.

—¡Papá! ¿Cómo estás? ¿Qué ha pasado?

—Hola hijo, Cyno me ha contado lo del huevo. Enhorabuena —respondió el mayor y se notaba que se estaba esforzando por tener un buen tono, aunque estaba muy apagado. Dante lo sabía, le conocía demasiado.

—Papá... ¿Qué ha pasado con Kaveh? ¿Y la niña?

Se escuchó a Alhaitham suspirar pesadamente y Dante agachó sus orejas.

—El parto se ha adelantado y han tenido que hacerle una cesárea. La niña es prematura, pero está sana. Al menos he podido verla... pero Kaveh sigue en cuidados intensivos y aún no he podido ver cómo está.

—Seguro que pronto estará bien... Kaveh es muy fuerte —dijo Dante tratando de animarle un poco—. El niño ya ha nacido así que pronto podremos ir a casa y estaremos todos juntos.

—¿Niño? —Alhaitham se quedó en silencio unos segundos y luego prosiguió—. Así que tengo un nieto, una hija y un nieto en el mismo día.

Dante sonrió levemente y suspiró. Sí que era una situación extraña y bastante curiosa.

—Se llama Ajax, y sí, es un niño.

—Ya eres todo un hombre, estoy orgulloso de ti, hijo.

—Gracias papá.

Entonces se escuchó una voz masculina al otro lado, pero Dante no logró captar lo que estaban diciendo. Esperó hasta que su padre volviera a prestarle atención pues parecía estar hablando con aquella persona.

—Van a subir a Kaveh a la habitación en un rato —dijo por fin Alhaitham—. Hablamos más tarde, te quiero hijo.

—Y yo a ti papá.

El corazón de Dante se encogió y suspiró pesadamente. Nunca había escuchado ni visto a su padre tan triste, podía sentir su angustia incluso desde el teléfono y eso que Alhaitham no solía mostrar sus sentimientos. 

Guardó el móvil y regresó a la habitación donde Kristov le esperaba. Tartaglia estaba junto a él, ambos estaban jugando con el pequeño, que reía levemente debido a las caras raras que los reptiles le ponían. Era demasiado pequeño aún para ciertas cosas, pero se notaba que era un niño espabilado. Kristov alzó la vista y al ver a su destinado hizo un pequeño puchero.

—¿Todo bien?

Dante dirigió su mirada hacia su pareja y suspiró pesadamente antes de caminar hacia donde ellos estaban.

—Noto a mi padre muy apagado, es normal pero... me preocupa. Estaban subiendo a Kaveh a la habitación por lo que sé, así que supongo que eso es bueno, pero le hicieron una cesárea de urgencias y la niña está en la incubadora.

—He hablado con mi madre y la fiesta se puede posponer y podemos hacer algo más familiar, después... Vayamos con tu familia, te necesitan y nosotros también te necesitamos —propuso Kristov.

El bebé hizo un adorable sonidito y alzó las manos en dirección a su padre. Dante sonrió enternecido y no dudó en tomar al pequeño para abrazarlo. Ya le habían dicho que los bebés reptil nacían más desarrollados y espabilados que los cánidos, pero aun así le sorprendía pues nunca hubiera dicho que solo llevaba unas horas fuera del huevo.

—Me parece bien... Me gustaría estar allí y saber qué está pasando exactamente —respondió Dante y besó con dulzura la cabecita de su hijo—. Menos mal que os tengo a vosotros... Me pongo en la piel de mi padre y no quiero ni pensar en lo mal que tiene que estar pasándolo.

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Where stories live. Discover now