❥ ; Final - Gran familia

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Cyno abrió la puerta y caminó un par de pasos al interior de aquella casita antes de dejar la maleta en el suelo. Echó un vistazo alrededor y sonrió cuando los recuerdos comenzaron a bombardear su mente.

Allí había vivido durante gran parte de su infancia antes de tener que mudarse por el trabajo de su padre. Ahora ellos vivían en un apartamento de alquiler en el centro pero no quisieron deshacerse de la casa, su padre había dicho que era bueno tener un sitio al que volver cuando fueran viejos.

Se giró para mirar a Tighnari, era un hogar pequeño, un par de habitaciones en un barrio tranquilo, no se parecía en nada a la enorme casa que el omega compartía con Alhaitham.

—Mi madre ha estado limpiando un poco cuando le avisé de que vendría. Le dije que no hacía falta, pero insistió— explicó el beta y se acercó para tomar la mano de Tighnari. —¿Vamos? Te enseñaré el resto de la casa.

Tighnari había pasado unos días con la madre de Alhaitham hasta que se recuperó del todo. Aún le escocían los arañazos de los brazos y le dolía la ruptura, pero podía contagiarse de la felicidad de su destinado y no pudo evitar dejar un beso en su mejilla una vez estuvieron ambos en el interior de la casa.

—Vale, seguro que no tardamos mucho— dijo él omega y se dio cuenta de que aquello podía herir a Cyno. Estaba acostumbrado a casas grandes, a ostenticidades y nunca había ido a una casa como esa. —Me refiero a que... Quiero acurrucarme contigo y estoy cansado del viaje, no quería desprestigiar tu casa— añadió con las orejas agachadas.

Cyno soltó una risita y se acercó para besar con suavidad la mejilla del omega.

—Bobo... no te sientas mal, no me has ofendido— dijo y tiró con suavidad de su mano hacia el interior de la estancia. Sin embargo, tuvo que soltarle para poder llevar las pequeñas maletas de ambos. —Ven, ya veremos la casa después, vamos a ponernos cómodos.

Tighnari entró y observó todo aquello con detenimiento. Se notaba que era una casa acogedora, muy diferente a todo lo que había tenido. Su mirada se dirigió a Cyno, con las maletas y no pudo evitar sonreír. Echaba de menos a los niños, pero sabía que estarían en buenas manos y mejor que después de lo que ocurrió se mantuviera alejado de ellos. No podía creer que de verdad había atacado a uno de sus hijos.

—Me gusta estar contigo— le dijo al beta mientras lo seguía. —Y me gusta que estés tan feliz, eres adorable.

—Claro que estoy feliz... siento que llevo esperándote toda la vida— dijo Cyno y sus mejillas se sonrojaron ligeramente al decir esto. Cuando llegaron a la habitación principal, Cyno entró primero y dejó las maletas a un lado para dejar que Tighnari echara un vistazo. —Espero haber hecho bien en traerte aquí, pensé que sería lo adecuado ya que querías un lugar tranquilo, aunque sé que estás acostumbrado a más lujos...

—Esto es precioso, Cyno, no me hacen falta lujos cuando te tengo a ti.

Tighnari se acercó al beta y lo abrazó por el cuello antes de dejar un pequeño beso en sus labios. Por mucho que estuviera acostumbrado, le gustaba estar así con él, le gustaba él y no se arrepentía de nada. Cyno suspiró y puso sus brazos alrededor de la cintura adversa antes de acercarse de nuevo para rozar de forma tierna sus narices.

—¿De verdad no estoy soñando? Aún me lo parece...— susurró el beta. Se podía permitir ser un poco ñoño, había esperado demasiado por ese momento.

—No soy para tanto, Cyno...— dijo y dejó un beso sobre sus labios. —Eres muy lindo ¿lo sabías? Si quieres puedo despertarte del sueño...

Tighnari quiso ser un poco juguetón así que se acercó a su cuello y mordió ligeramente este. Pretendía provocarlo un poco. Cyno sintió un escalofrío por todo su cuerpo y soltó un pequeño jadeo. Puede que estuviera más sensible de la cuenta cuando se trataba de Tighnari y de las ganas que tenía de estar con él.

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora