❥ ; 21 - Responsabilidad

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Yarim estaba en su cama con las orejas agachadas mientras abrazaba un cojín. No entendía qué le sucedía, pero cuando se había enterado de que sus hermanos iban a patrullar se había comenzado a sentir muy mal, como si su pecho doliera. De pronto la puerta sonó y la persona al otro lado esperó unos segundos antes de abrir.

—¿Puedo?— cuestionó Kamran desde la puerta.

Había tardado un poco en subir después de notar su ausencia, su hermano también se había marchado y sus padres parecían más preocupados por eso así que pensó en subir a ver al menor.

—S-sí— dijo el menor sollozando mientras se abrazaba más al cojín. No podía negar que la voz de Kamran le había calmado, pues no esperaba que fuera a buscarlo.

Kamran se adentró en la habitación tras cerrar la puerta y tomó asiento en la cama del menor. Agachó ligeramente las orejas y le miró un poco preocupado.

—¿Qué te pasa?

—No lo sé, me encuentro algo mal...— pronunció mirándolo. Quizá él entendiera mejor sus sentimientos, a Yarim le costaba comprender lo que albergaba su pecho. —Quizá me dé... envidia.

—¿Es por lo de los uniformes? Sabes que tú también tendrás uno en un par de años...— dijo intentando animarle y se acercó un poco más a él. —¿o es por algo más?

Le miró directamente y dejó el cojín a un lado antes de abrazarse a él. Sabía que estaba mal, que su cuerpo reaccionaba a Kamran y no debería hacerlo.

—Vas a conocer gente...— pronunció con la boca pequeña y apoyó la cabeza en el hombro del mayor.

Kamran se sorprendió al escucharle y rodeó su cuerpo con los brazos. Suspiró, no entendía a qué venían esos celos de pronto.

—¿Eso es lo que te preocupa?—. Esbozó una pequeña sonrisa y acarició con suavidad la espalda de Yarim. —Así que... ¿Estás celoso?

—No lo estoy...— respondió más seguro de lo que en realidad estaba. —D-da igual, ni yo lo entiendo...

El mayor se quedó pensativo y no supo qué decir. ¿Eso significaba que le quería solo para él? Era extraño, por mucho que se atrajeran como dos imanes los dos sabían que aquello no podía ser. ¿Verdad?

—No pensé que te podría preocupar que me viera con algún omega.

—No me preocupa...

Yarim se alejó de él como si su cuerpo quemase. Quizá aquello había ido demasiado lejos y era el momento de separarse completamente. Kamran le miró algo extrañado y tomó su mano para evitar que se alejara por completo.

—¿Qué pasa?— cuestionó de nuevo algo preocupado.

—No lo sé, nunca he sido bueno comprendiendo mis sentimientos y solo sé que quiero estar cerca de ti— pronunció con las orejas agachadas y los ojos cristalizados. —Cuando has dicho que ibas a leer el libro me has hecho muy feliz, por cierto...

Kamran tampoco era el mejor cuando se trataba de sentimientos, de hecho se le daba bastante mal hablar de ellos. Sin embargo sintió su corazón alterarse cuando escuchó al menor decir aquello.

—Es tu regalo, no iba a despreciarlo— dijo el mayor y se inclinó para besar la mejilla de Yarim. —Relájate... Ni siquiera he conocido a nadie y la verdad es que a mi también me gusta estar cerca de ti.

Yarim alzó la vista y dejó un beso en sus labios, uno rápido.

—Voy a estar encerrado un par de días... Siento mucho calor desde esta mañana y mi celo es más tenue que el de otros alfas— pronunció y le miró con las orejas agachadas. —Quiero algo que huela a ti...

Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora