┊Capítulo treinta y tres

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Capítulo treinta y tres, final.

La sangre brota de su boca. Sus heridas son de gravedad, y aunque probablemente esos sean los últimos minutos de su vida, sonríe. Sonríe siendo un altanero que se burla de la furia de esos dos hombres que para su desgracia, han acabado con él.

—¿Por qué demonios sonríes? —Naruto está exhausto. Lo único que quiere es ver con sus propios ojos como Toneri perdía la batalla. Ansiaba poder llegar a la aldea, necesitaba saber que Hinata estaba viva y bien.

—Estuve... estuve tan cercano a lograrlo —su respiración era irregular, pesada. Podía sentir el propio cansancio apoderarse de él. — Pero tenían que arruinarlo todo...

—Pudiste ser una persona realmente noble después de haberte perdonado la vida. Fuiste tú quién decidió acabar de esta manera —espeta Naruto, limpiando la sangre sus propios golpes.

—Maldito —gruñe. — No te atrevas a decir otra vez que me salvaste la vida —Toneri tose, de su boca cae un hilo de sangre. — Lo único... lo único que realmente hiciste tu y tú manada de idiotas fue condenarme a la soledad...

—Ese era tu castigo. Fuiste tú quién lo decidió.

—Hinata es la única que vale la pena, su único defecto es que siempre estás en sus pensamientos... maldito seas.

—Ni siquiera te atrevas a mencionarla, ¿me oyes? —Naruto se pone de pie y camina hacia él. En sus ojos todavía se puede ver el rencor de tan sólo recordar a Hinata, herida y ensangrentada. — No te atrevas a decir su nombre después de haberle hecho tanto daño.

—Si hubiera accedido a ser mía... nada de eso hubiera pasado.

—Debería hacerte sufrir —Naruto lo toma por el cuello de su atuendo. — Debería hacer que tus últimos momentos sean los más dolorosos, porque es lo único que te mereces mal nacido.

—Déjalo ya Naruto —Sasuke sostiene su hombro con fuerza, Naruto suelta a Toneri y este se estrella contra el suelo. — Lo único que le queda por hacer ahora es provocarte. Ignóralo, es un miserable intentando hacer menos miserable sus últimos momentos con vida.

Naruto respira con fuerza, pasa ambas manos por su rostro y cabello restregando sus dedos con brusquedad.

—Vete —dice Sasuke. Naruto voltea hacia él. — Toneri ya no es una amenaza, estaré aquí hasta que deje de respirar, o tal vez adelante el proceso. Tu esposa te necesita.

—¿Estás seguro? —Sasuke asiente. — Está bien... ¿Regresarás a la aldea? ¿O esta solo fue una ayuda y desaparecerás los próximos años otra vez?

—Regresaré. Nos vemos allá.

—Espero que así sea.







—¿Me extrañaste?

Una fuerte punzada cruza su cabeza en el momento en que abre sus ojos, y lo único con lo que se encuentra es con un techo de color blanco. Mareada y sin poder mover del todo su cuello, mira de reojo a su alrededor recordando que el último lugar donde estuvo fue en un bosque, tirada en medio de la tierra, envuelta en sangre y sin poder moverse.

Sus ojos se cierran cuando a su mente llega el rostro de Toneri, su ronrisa llena de maldad y locura, esos ojos celestes que le hicieron temblar de pies a cabeza porque incluso si ahora estaba segura que él ya no era una amenaza, tuvo miedo, tuvo tanto miedo que temió por su vida, tanto que pensó que esos serían sus últimos momentos. Tanto que se aferró a una fantasía creada por su propia cabeza.

Respira hondo, intentando calmarse cuando la puerta de su habitación se abre. Puede oír pasos suaves que se acercan a ella, y pronto unos ojos verdes llenos de preocupación se encuentra encima de su rostro, analizándola con tanta profundidad que Hinata se siente mareada.

Not remember you ┊NaruHinaKde žijí příběhy. Začni objevovat