┊Capítulo veintinueve

953 106 10
                                    

Con el tiempo la tranquilidad parecía haber regresado a esa pequeña familia. La venida del bebé estaba cada vez más cerca y eso se podía evidenciar en el abultado vientre de Hinata, quién estaba ya a tan sólo unas semanas de dar a luz a su pequeño retoño. Por supuesto que la felicidad era inmensa, pero aún sabiendo eso, no podía vivir tranquila.

Aquella sensación de sentirse observada aumentó con el tiempo. Jamás se vio en peligro, incluso si siempre estuvo atenta a cualquier movimiento sospechoso no hubo una sola cosa fuera de su lugar. Por las noches se repetía que todo, de seguro, se trataba de su propia paranoia y miedo por todo lo vivido, pero cada vez que la mañana llegaba y el día comenzaba, otra vez regresaban esas inquietudes. Estaba segura que existía algo más dentro y que no se trataba solamente de una corazonada, o de ese miedo y terror que la asechó por tanto tiempo.

Quería descubrirlo, pero a esas alturas del partido ya no estaba en condiciones de hacer otra cosa que no fuera cuidarse. De eso Naruto se había encargado tan bien, que ni una sola hoja podía tocarla sin previo aviso. Él estaba siempre presente, pero por alguna razón no podía notar lo mismo que Hinata sentía. Y después de todo, él había sufrido tanto, por tanto tiempo luchó por ella y por su hijo, luchó por tenerlos a ambos de regreso, que no se atrevía a romper esa tranquilidad. No se sentía capaz de regresar a Naruto al desvelo y las ansias de algo que podría ocurrir.

Lo único que Hinata quería era una vida feliz, porque incluso si ella pudo romper el corazón de Toneri Otsutsuki, creía que no merecía pasar por toda esa angustia. Ella creía firmemente que Toneri no tenía derecho de hacerles eso.

—¿En qué piensas?

Hinata desvía su mirada de aquel punto imaginario en la pared. Ni siquiera notó cuándo Naruto entró a la habitación, o ella estaba muy distraída o él era muy silencioso.

—¿Qué?

Naruto sonríe un poco mientras toma asiento sobre la cama.

—En qué piensas —repite sin quitar la sonrisa.

Hinata se mantiene en silencio mientras busca una respuesta. Siente una presión extraña en el peso, la culpa de no poder decirle la verdad. O más bien, de no ser capaz de poder hacerlo. De poder, podía, pero no era lo suficientemente valiente para eso.

—Ah... —las palabras se arrastran por más tiempo del que hubiera querido. Naruto la observa con una ceja en lo alto. Está a la espera de una respuesta. — En nada... —murmura, regresando su vista al mismo punto imaginario de antes.

—Hinata —Naruto ríe mientras se arrastra sobre la cama hasta donde se encuentra ella, recostada sobre esta. — ¿Por qué no me dices?

—No es nada —insiste, pasando su dedo índice sobre su nariz. Oh, oh.

—Vamos, te conozco. Cada vez que haces eso es porque hay algo que no me quieres decir —Hinata se obliga a tragar saliva, el sudor se junta sobre su frente e intenta no prestarle atención. Posa ambas manos sobre su vientre abultado, siente encima suyo la mirada de Naruto, pero como en lo anterior, tampoco se siente preparada para devolvérsela. — ¿Qué es?

Hinata realme sus labios manteniéndose en silencio, pensando mucho en todo. No podía simplemente decirle algo así cuando en ese momento todo estaba en paz, no quería arruinar la felicidad que se supone estaban teniendo. Una felicidad que a los dos les costó demasiado conseguir. Hinata no podía ser la responsable de arruinarlo. No.

—Hinata —Naruto le llama, pero aún así no recibe respuesta de su parte. Puede oír un claro suspiro por parte de él y cómo el colchón se hunde mientras él se acomoda más a su lado, pronto siente las yemas de Naruto contra su rostro, justo sobre su mentón. Él toma su rostro suavemente y la guía hasta sus ojos para que ambos se observan. Hinata se ve reflejada en esos ojos que tanto adora, sintiendo como la sensación en su pecho crecía y crecía. — Te conozco tan bien y sé que hay algo que no me estás contando. ¿Por qué?

Not remember you ┊NaruHinaWhere stories live. Discover now