Caótico

Capitulo 32: Thiara, parte dos.

Aquello no había sido de buen gusto. Sabia que tenia cosas que hablar con Beverly, pero tampoco sabía que ella se había hecho esas ideas en su cabeza, tal vez el era el culpable por no darle un rotundo no en ese momento. Suspiró para ingresar a la habitación donde se encontró a Noah metido en la cama ocultando el rostro entre la almohada.

— ¿Te dormiste? —le preguntó, pero no contesto, asi que regresó a la sala sin pensar que Noah solo estaba asumiendo un montón de cosas en silencio.

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Luego de varios dias, Silva se encontraba mirando la casa que Christos había decidido comprar, no podía quejarse de su buen gusto. No solo con la estructura de la casa sino también con el diseño de su interior, típicos de ricos. A pesar de lo privada que estaba podía ver las luces de la ciudad a través de los cristales que formaban toda la pared de la habitación.

— Bueno... ¿Qué tal? —le preguntó el mirando a Silva quien se encontraba de pie mirando hacia las luces de la ciudad. No se habían visto durante esos dias, y era increíble pensar cuanto Christos pensaba en él durante el día.

— Me parece bien... —dijo Erick abrazándose así mismo—solo que no entiendo porque tenias que comprar una casa tan grande...

— ¿Grande? —preguntó Christos—yo realmente no pensé que fuera tan grande... ¿Hubieses preferido algo mas pequeño?

— Esta bien... —dijo en un tono de voz más bajo—¿Cuánto pagaste por ella?

— 9 millones. —respondió, haciendo que Silva se girara de repente hacia el—¿Qué?

— ¿Estas loco? —le preguntó— ¿Diste 9 millones por esta casa?

— ¿Qué tiene? Es una casa económica... —dijo encogiéndose de hombros.

Erick suspiró mirando la mirada de confusión en el rostro de Christos, a veces olvidaba toda la diferencia económica que ambos poseían. Erick volvió a dirigir la mirada hacia afuera, quería besarle, pero no se atrevía, como si anteriormente ya no le hubiese provocado de diferentes maneras.

— Si no te gusta simplemente dilo, puedo comprar otra.

— ¿Qué estas hablando? Me gusta, me encanta... es solo que... es muchos lujos ¿no? no estoy acostumbrado mucho a estas cosas.

— Que mal. —le respondió haciendo que Erick lo mirara por encima del hombro—tendrás que acostumbrarte...

Christos comenzó a abrirse la camisa, Silva podía verle desnudarse a través del cristal, no podía evitar desear lamerlo en esos momentos.

— ¿Qué estas haciendo?

— Bueno, tomaré una ducha y me iré a la cama. ¿No planeas quedarte?

— Ni siquiera he recogido mis cosas... —le dijo girándose hacia él.

— ¿Y qué? —preguntó desabrochando su pantalón— puedo enviarlas a recoger por ti... o simplemente comprarlo nuevo.

Christos se acercó a el para mirarlo de cerca. Vio el rostro de Silva sonrojarse y desviar la mirada, cada vez más le parecía mucho mas tierno y bonito que antes.

— ¿Por qué te quedas callado? —le preguntó Silva algo avergonzado.

— ¿No me extrañaste...? —le preguntó mientras le acariciaba el oído lentamente con sus dedos.