Un regalo para Peter

14. Espero y funcione (P-1/3)

Estaba en la alcoba, viendo, más bien, ideando el cómo llevar a cabo mi plan de escapar por la puerta de servicio del palacio.

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-Quisiera salir un rato... Al jardín.- Le dije a Stella un poco nerviosa por el riesgo que corro al hacer esto-.

-¿Qué harás allí? Te ensuciarás. Y eso no es propio de una princesa.

-Quiero pensar un poco lo que me espera al casarme con....-tomé aire para matar las delatadoras lágrimas- solo quiero pensar, Stella.

-Entiendo... Solo ve unas horas. Te quiero para la cena, luego iremos a charlar un rato sobre los preparativos de tu fiesta de compromiso.-Me tomó de ambas manos y sonrió-.

-Claro- dije en susurro y un tanto pasmada por aquello-.

-¿Lilas u orquídeas?- preguntó un hombre afeminado que había llegado como el aire que despeina tus cabellos: sin avisar.-

-Loretto, eso lo discutiremos entre los 3 mañana por la mañana- le contestó Stella con una sonrisa. Posó sus manos en mis hombros y Loretto me hizo reverencia-.

-Oh, no es necesario, Loretto.- le dije con una pequeña sonrisa fingida-.

-Oh madame,- tomó mi mano derecha y la besó- veo que ni Stella ni Peter mienten sobre tu personalidad. Muy sencilla..-Stella lo cortó-.

-Loretto..-yo a ella-.

-¿Peter? ¿Ha dicho Peter?- volteé a ver a Stella que ésta miraba a Loretto un poco nerviosa.-

-Sí, ha dicho 'Peter'. Es que Loretto es el sastre de la familia real y por lo tanto tiene contacto con Peter.

-¿Pero Peter cómo sabe de mí?

-Ay, querida. Peter está con los reyes en Bangkok y yo, cada que puedo, les mando cartas contándoles sobre su futura nuera. Seguro y es ahí donde Peter se entera de tu forma de ser y le manda decir a Loretto aquello para que confeccione tu vestido conforme tus gustos. ¿No es así, Loretto?

-Claro, -dijo extrañado- entonces hablamos mañana.

-Sí.-Contestó Stella- pero, ¿no te quedas a cenar?

-Me encantaría- dijo dando una pequeña palmadita. A mí ya comenzaba a dolerme mi cabeza.-

-Entonces, en lo que se llega la hora, vamos a tomar un té, ¿qué dices?

-Acepto con gusto.

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Estaba frente las enormes puertas que dan salida al jardín trasero, sentí la necesidad de correr hacia ellas, de salir y sentir el aire fresco de allá afuera y de acordarme de mi familia. Pero primero lo primero. Un guardia las abrió después de que lo convenciera de que Stella me había concedido salir hasta la hora de la cena. Al salir, vacilé un poco: caminé a ver las flores, luego a sentarme en la banca de cemento. Cuando me aseguré de que nadie me veía, saqué el vestido con el que había llegado y lo ensucié de tierra que estaba en los rosales.

Esperé un rato más para que luego apareciera Jaz diciéndome que debía entrar a cenar. Me levanté de la banca y primero fui a la habitación a lavarme las manos y a esconder el vestido, ahora sucio.

-Jaz..-le dije cuando subíamos las escaleras-.

-¿Sí, princesa Grace?

-Al término de mi cena, ¿podrías llevarme a tu habitación? No quiero estar sola; no quiero pensar en mi familia, ¿sabes?

-Me encantaría, alteza. Pero eso es impropio.

-¿Está en las normas jurídicas o algo así?

-No, pero sí en las clases sociales.

-Nadie se enterará.- Me paré en seco y la miré directamente a los ojos-.

-Está bien, alteza. ¿Va a querer que le lleve ropa cómoda?

-Sí, te lo agradecería.- Caminamos por los pasillos y llegamos a mi habitación.- Bien, yo puedo sola con esto. Solo me lavaré las manos y me acomodaré el vestido. Nada que no pueda realizar sola.

-Bien, alteza. Yo vendré en el transcurso de la cena para escoger su ropa.- Asentí. Ella desapareció y yo me metí para esconder el vestido. En parte, lo que le dije a Jaz es verdad, no quiero estar sola; pero la otra parte es que estoy más cerca de la salida del personal y de culminar mi plan con éxito.
Ahora, a bajar y cenar por útima vez en el palacio.

-JosselynStone