4. El comienzo (Parte 4/4)

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Los días habían pasado, una semana y media para ser exacta.

La tarde del día más lluvioso de esa ciudad, Grace salió a ver la lluvia, ya que en casa no podía hacerlo. Sus padres habían ido a comprar cosas para la cena y Carter estaba dentro de la casa para cuidar a su hermana.
Ella se sentó en los escalones de la casa y se dejó bañar por la fría lluvia y disfrutar el poco tiempo que le quedaba en ese lugar.

-Disculpe señorita- le dijo un hombre de unos treinta y tantos años para llamar la atención de la joven; este venía con buena ropa, sombrero y un paraguas, se diría que es un hombre refinado, pero ¿qué hace fuera de casa en plena lluvia? Grace halzó un poco la cabeza y lo vio dudosa pero amable- ¿Usted sabe en dónde se encuentra esta dirección?- el señor desdobló un pequeño papel y Grace se acercó a ver la dirección y poder decirle si sí o si no-.

-No, lo siento. Yo no soy de aquí y por lo tanto no la sé- Grace estaba dispuesta a dar la media vuelta y meterse a la casa pero el hombre le volvió a hablar:-

-¿Está usted segura?- Grace se giró hacia él y le asintió convencida. Luego otro hombre le llegó por detrás y le tapó la boca y nariz con un trapo humedecido con cloroformo; pasó un carro a los pocos segundos y la metieron para luego llevarsela-.

En algún lugar de Estados Unidos>

Stella ya se había cansado de no encontrar a una chica que cumpliera con los gustos que el príncipe tiene; desesperada, buscó por la ciudad y encontró un orfanato pero lamentablemente no encontró a ninguna chica de entre 16 y 18 años. Al salir del orfanato un hombre se le acercó.

-¿Y usted a qué ha venido?- le preguntó el hombre con cierta curiosidad en la vestimenta y porte de la mujer-.

-No es de su incumbencia- le dijo cortante pero a la vez amable-.

-¿A venido por una chica?

-¡Qué preguntas se atreve a hacerme señor!

-Es lo que eh oído. Yo sé dónde puede encontrar una, sígame- le dijo y Stella, sin pensarlo por tanta desesperación, lo siguió. Caminaron por un mal barrio y llegaron a un carro- suba y la llevaré- ella subió con el miedo en su corazón. Fueron por toda la ciudad hasta dar con una casa grande pero descuidada. El hombre bajó y le abrió a Stella, ella salió y se dirigieron al interior de la casa. Dentro, se encontró con jaulas grandes en cada habitación y cubiertas por una sábana sucia; cabe decir que la casa estaba en las mismas condiciones.
Fueron viendo el contenido de cada jaula, a lo que Stella le impactó mucho, pero a la vez no le convenció. Fue en el tercer piso, una habitación en mejores condiciones que las otras, la que le llamó la atención.-

-Quisiera ver esa- señaló la jaula y el hombre se dirigió a ella; en esa jaula se encontraba una chica, que a pesar de su ropa sucia y mugre en su piel, era hermosa. La chica se encontraba dormida.- ¿Se supone que las vende o algo así?

-Así es señora.

-Pero..

-¿La quiere o no?- Stella pensó un momento en sus posibilidades de encontrar a otra chica bella como la que tenía enfrente-

-¿Cuánto por ella?- el hombre se sorprendió y anotó el precio en un papel que le pasó a Stella. Ella, sin importancia, lo vio y le hizo un cheque con la cantidad pedida.
Horas después se estaba arrepintiendo de haber comprado a aquella chica pero sabía que no le quedaba otra opción y que tendría mejor vida en el castillo que en ese macabro lugar.

Un regalo para PeterWhere stories live. Discover now