XXIV

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- "Traidor. La desgracia de tu especie."

- "Yo no soy como ellos..."

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-Otro día más en la secta de Lamb. Es un bonito día, los pájaros cantan, los cultivos están preparados, los adeptos se despiertan, y un gato negro seguía durmiendo a su placer.

- "Levanta, Aquel Que Espera. ¡Vamos! ¡Que te levantes!" - Una voz molesta le decía a Narinder que se levante. El gato no hizo caso, así que nada más Narinder gruñó de molestia, algo o alguien le tiró de su cama, haciendo que Narinder caiga de cara, rompiéndose la nariz, consiguiendo una buena hemorragia nasal.

- "¡Ah! ¿¡Quién mierda me tiró!?" - Gritó Narinder muy enojado porque alguien interrumpió su descanso, y encima su nariz estaba sangrando.

- "¡Por fin! ¡Te has levantado de tu largo sueño, Aquel Que Espera!" - Era aquel Cordero psicópata. Era un traidor igual que Aquel Que Espera en el pasado. Sólo que Athen estaba bastante mal de la cabeza, tanto que le acabaron encerrando en el purgatorio.

- "A veces pienso que la muerte es mejor que estar vivo... Pero tengo cosas pendientes que hacer antes de descansar." - Cierto era. Narinder tenía asuntos pendientes en este mundo, y morir... No es lo suyo.

- "Je, ¡lo que tú digas! De verdad que duermes por mucho tiempo... Lo mío era por aburrimiento... Jeje, ambos hemos sido encerrados, ¿no es así? Por nuestros seres queridos... A mi, El Ente... ¿Y a tí? ¿Qué fue lo que te encerró?" - Athen tenía razón... Ambos habían sido encerrados, vaya... La historia se repite...

- "La Antigua Fé. Mis hermanos... Yo... Quería un cambio, yo no estaba para nada de acuerdo con las leyes y creencias... Con el tiempo, me volví más rabioso... Hasta que simplemente... Los empecé a lastimar, uno a uno. Después de eso, me encerraron. Aún lo recuerdo perfectamente..." - Decía Narinder mirando al suelo, ya que tenía un profundo arrepentimiento, pero eso, estaba hecho, y no podría cambiarlo jamás. Monstruo eres, y monstruo morirás.

- "¿Y te arrepientes de haberlo hecho? ¿Has pensado en que hubiera pasado si nunca lo hubieras hecho?" - Esta pregunta, había tomado al gato por sorpresa. Era muy personal, y ni el mismo Cordero se lo había preguntado. Pero sabía que los dos habían sufrido por lo mismo, así que lo respondería.

- "No. No me arrepiento, porque ya no se puede cambiar. Todo lo que he vivido estando en esta secta es... Quizás, los actos del pasado no nos definen... Solo es una estupidez, quizás, ya me está afectando al cerebro estar con tantos descerebrados." - Decía Narinder, en total confianza. No se había asincerado con alguien en milenios... Ni siquera con Shamura... Entre ellos dos, se guardan demasiados secretos.

- "Bueno... Quizás tengas razón, pero yo... No he cambiado, pero tú si. Yo traicioné al Ente. Nací con un don... Me volví su campeón, su mano derecha. No me faltó nunca nada, pero aún así, me sentí vacío. Eso sentí, hasta que me encontré con El Zorro. Los dientes de la Oscuridad. Fue ahí mismo, que traicioné al Ente, y vagué por estas tierras. Hasta que un día, Shamura y yo, tuvimos una pelea, de la cual, yo perdí, y fui directo al Purgatorio, lugar donde quedaría encerrado en una jaula, cual perro." - Athen y Narinder estaban en confianza absoluta. Ninguno de los dos se atrevía a volver a hablar. Estuvieron en completo silencio, hasta que Narinder se levantó de la cama de la cual estaba sentado.

|| Salir del INFIERNO || - Cult of the LambWhere stories live. Discover now