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(Contenido +18)

Narrador omnisciente:

Ambos jóvenes volvieron al piso del chico. Subiendo las escaleras torpemente, mientras se reían si para, y no podían dejar de mirarse como si esa fuera la última vez que lo hicieran.

Tom abrió la puerta de su casa, dejando entrar primero a la chica.

Ella se sentía rendida, tras usar esos estupidos tacones durante horas, haciendo que sus pies dolieran y sus talones ardieran por las leves heridas que tenía en ellos.

Camino hacia la habitación del chico, la cual durante los días que ella llevaba viviendo con el, se había vuelto su habitación también, aunque temporalmente.

Dejó caer su bolso en alguna parte de la habitación, y a continuación se sacó sus incómodos tacones, sintiendo la libertad y la comodidad invadirla. Sus dedos se podían mover libres, y ya no sentía esa respada en la parte trasera de su pie que le hacía rabiar. Suspiro feliz al no sentir esos zapatos en sus pies.

La puerta del cuarto se abrió, cerrándose a los segundos, y las grandes manos de Tom rodearon la cintura de Bella, atrayéndola hacia su pecho.

—¿te dije que ese vestido se te ve genial?—pregunto el de trenzas mientras escondía su cabeza en el cuello de la morena.

La chica sonrió. Giró sobre sus talones quedando cara a cara con el de trenzas. Los ojos de la chica brillan de tal manera, que era capaz de iluminar a la galaxia entera con solo un pestañeo.

Para el chico fue inevitable acercarse a ella y besarla lentamente, sin prisas, sintiendo sus suaves labios acomodándose a los suyos, y dejando que su corazón vuelva a sentir esa sensación tan adictiva que tenia cada vez que probaba la boca de Bella.

—No sabes todo lo que extrañé besarte...—hablo Tom, ya separado del beso. Haciendo que la sangre le suba a la chica, y su cara se volviese roja al instante— todo... todo de ti, cada parte que no pude disfrutar por cagarla una vez tras otra...mi condena— el chico apreciaba cada mínimo detalle del rostro de la chica.

Las manos de Bella rodearon el cuello del de trenzas, atrayéndolo hacia ella, besando sus labios de la misma manera que él había hecho anteriormente.

—¿sabes? También extrañe hacer esto...— la cabeza del chico se inclinó hacia un lado acercándose a su cuello, besando este levemente— y esto...— su beso se intensificó.

Bella cerró los ojos por la fuerte sensación tras su toque, sintiendo los labios y lengua de Tom navegar por su cuello.

—Tom...va a quedar marca— habló la chica en un murmullo

—también extrañe hacer esto...—siguió hablando, ignorando lo que su amada acababa de decir. Su legua atrapó el lóbulo de la oreja de la chica, haciendo que esta suelta un levemente jadeó.

—y creo, que si me dejas, haré que tú extrañes mi tacto todo el tiempo que no esté contigo...

El susurro de Tom en la oreja de Bella, hizo que sus emociones explotaran, y que se rindiera al placer de sentirlo.

Los labios de Tom volvieron a atacar los de la chica, pero esta vez, con deseo y lujuria. Sintiéndose y queriéndose de verdad.

En un movimiento rápido, las manos del chico se colocaron en las piernas de la joven, tirando de ellas, obligando a la chica a enrollarlas en su cintura. Sus labios se volvieron a encontrar de manera desesperada, mientras el de trenzas caminaba hacia la cama, sacándose sus propios zapatos en el camino.

Cuando sintió el borde de la gran cama chocar contra sus piernas, entendió que era momento de dejar caer a Bella en esta. Y así hizo, la chica cayó de espaldas en la suave y cómoda cama del chico.

ASSISTANT | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora