Pesadilla.

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El acelerado estruendo de su corazón suscitaba una sensación de dolor en su pecho.

Su vista solo estaba puesta sobre ese... Monstruo. Los achocolatados ojos eran recubiertos de rojo, por la cantidad de tiempo que había llorado sin cesar, además de tener unas profundas ojeras persistentes. Todo en su rostro estaba demacrado, sin brillo.

─Debes creerme, Peter. –rogó, colocando sus manos cerca de las rejas.

El nombrado solo ahogo un lastimero grito, le dolía, pero debía ser fuerte.

─Todo apunta a ti. Las investigaciones lo dicen claramente... –dijo sin ánimo. Se encontraba completamente decaído. ─Solo... Acepta, por favor. Esto me lastima, Miguel, no puedo soportarlo más. Solo di que eres el culpable y acaba con esto ya. –suplicó entre hipidos de dolor y rabia.

─ ¡Yo no lo mate, Peter! –gruño con desespero.

Su entrecejo fruncido y su alzada voz asusto al Omega, quien protectoramente (y por instinto) alineó sus manos sobre su vientre. Su respiración se cortó.

O'hara nunca había usado su voz de mando contra él.

Se sentía tan... Traicionado.

Tan traicionado, vulnerable y abatido.

Había perdido a su Alfa por un grotesco crimen, había perdido al que consideraba su cachorro, había perdido las personas más importantes de su vida.

Miles Morales había sido atacado, sus heridas fueron tan graves que al momento de llegar al hospital había muerto por la pérdida de sangre y hemorragias internas.

Ese fatídico día había ido por su cita médica, ya que estaba embarazado y llevaba un constante chequeo. Ese fatídico día su hijo se había quedado en casa a descansar. Ese fatídico día los oficiales encontraron a su esposo bañado de la sangre de su cachorro.

No creía que Miguel hubiera hecho algo así, pero las pruebas y evidencias decían la verdad.

Su embarazo estaba casi en sus días de finalizar, su doctor le indicó que no tomará más presión sobre él y que descansará por el bienestar de su cachorro.

La única persona que le quedaba.

─No esperes nada de mí, ya no vendré a visitarte más... –articuló, dándole la espalda. Si seguía mirándolo, se arrepentirá de su decisión. Debía ser inflexible ante lo inevitable. ─Eres un desconocido.

El mexicano quedó impactado ante eso.

Eso debía ser un sueño... No, una pesadilla.

─Peter... Peter. ¡Peter! ¡Omega!

Lo llamo en toda su ida de ese lugar, rogando internamente que regresará y le diera su confianza nuevamente. Que lo escuchará siquiera.

Decía la verdad. Alguien lo estaba inculpando.

Era más que obvio que quería a Miles tanto como a Peter, hasta lo consideraba su hijo. No había razón alguna para hacer eso. Él había llegado temprano aquel día, lo encontró ensangrentado y malherido. Justo cuando lo cargo, la policía llego y lo arresto.

Iría a prisión por un largo tiempo. Perdió a Peter, a Miles y a su cachorra. No tenía a nadie, nadie le creía.

Desmoronado, se echó en el suelo.

Todo era una pesadilla.



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Ya sé necesitaba algo angst para dejar ese mundo de rosa. El angst es mi marca personal. XD

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