Mandar todo a la mierda.

3.2K 418 31
                                    

─ ¡Lista y evaluación completa, señor! ─La eufórica voz proveniente de su celular hizo que dejara de teclear en su computador. ─Todo ha sido aprobado por sus superiores. Están satisfechos y esperan óptimos resultados de usted con respecto al asunto.

─Bien, dime la agenda. ─Su voz salió sin ánimos, inmerso en los documentos que estaba realizando, y leyendo minuciosamente cada detalle importante. ─... Por favor. ─Termino diciendo al ver que no respondía. Fastidiándolo más de lo que estaba.

─En un lapso de tiempo de dos horas, se llevará a cabo la reunión programada con la señorita primera de la lista. Dana D'Angelo. Tiene aproximadamente treinta minutos antes de que comience la segunda reunión con la señorita Xina Kwan. Y así sucesivamente, hasta alrededor de las ocho de la noche. Son en total seis citas. ─Contestó antes de continuar: ─Ya le envié y archivé la información a su celular, correo, agenda, reloj y también a su asistente. Debo recordarle que todas estas señoritas son hijas de dueños de empresas y grandes cantidades de dinero debe tratarlas con delicadeza. ─Por su tono, supo que se estaba burlando de él.

O'hara resopló conteniendo las ganas de gritarle a la IA. Con ganas de maldecir a todo aquel que se interponga en sus deseos. Con ganas de destruir todo lo que se interponga en él y ese castaño de linda mirada. Con ganas de mandar todo a la mierda e irse junto a él.

¿Acaso se estaba volviendo loco? ¡Sí, con un demonio! ¡Su mente solo pensaba en ese...! En ese... En aquel hombre... En ese sujeto...

─ ¿Estás reservando el establecimiento solo para mí, cierto? ─ Pregunto con irritación. De solo pensar en él, su humor reducía significativamente dependiendo de la situación. Ahora tenía que decirle sobre eso y debía pensar la forma de que lo perdonará después de decirle.

─Como usted lo pidió.

Miguel vio la hora. No faltaba mucho para esa... Cita, esa cita programada por sus superiores para establecer más alianzas. Y, sin embargo, poco le importaba, pero necesitaba verse presentable. Él era el sucesor de esa empresa y debía representarla como se debía.

─Necesito que termines esto, Lyla... Por favor. ─Le indicó, ya sin soportar la presión que sentía en su cabeza sin parar. ─Iré a casa.

Necesitaba descansar, descansar antes de lo que se avecinaba. Y pensar durante el camino como decirle a Parker sobre eso. Era la mejor opción.

Con lentitud se levantó de su silla. Dirigiéndose a la salida, tomo su abrigo y salió con mirada cansada y algo ojerosa. Al momento de salir el ruido se hizo silencio. Las personas dejaron de hablar y se concentraron en su trabajo. Como si nada hubiera pasado.

Dejando solo el sonido del tecleo y pequeños murmullos.

Con brevedad miro a su alrededor. Ese día él no estaba presente. Sin más miramientos, se fue con una pequeña sonrisa en su rostro.

Era obvio que no iba a estar ahí.

Él estaba en su cama.


·•·•·•·•·•·


─ ¿Miguel? ─La duda tangible y su adormilada voz era, sin duda, un canto de algún Ángel. ─Pensé que llevarías tarde.

Con su mano, hizo pequeños masajes a la adolorida y marcada espalda del castaño. Quien soltó un suspiro satisfactorio. Bien, eso sería suficiente para decirle

─Quería ver como estabas. ─Expreso con sinceridad. Tumbándose en la inmensa cama. ─Tyler quiere que una la empresa con otra por medio de matrimonio, tengo varias cotas programadas para hora. Mañana debo decir con quien me quedaré para formar...

─Lyla me lo contó. ─Comprendió sin molestia alguna. Interrumpiendo a Miguel.

Sorprendiéndolo mucho, no espero eso de Lyla. Y de Peter.

O'hara pensaba que estaría arrastrándose por el suelo en medio de su súplica en busca de que lo perdonará. Vaya giro de trama.

─ ¿Entonces?

─ ¿Quién está en tu cama ahora? ─Soltó con una mirada atrevida. ─Yo, no ellas. Creo que eso me deja en un estatus más alto que solo ser "La señora O'hara", aunque a mí me toca limpiar los desastres que hagamos a escondidas.

Ante eso. El mexicano sonrió.

Así era Peter. Optimista, alegre y tan adorable. Buscando el lado positivo a todo, aunque no hubiera él la inventaría. Eso era algo que amaba y odiaba a la vez. Era un sol y un amor de hombre y pareja.

Alzando un poco la parte superior de su cuerpo, alcanzo los rojos labios del contrario. Dándole un casto beso, haciéndolo callar. Disfrutando el sabor de la boca del otro.

Miguel apreciaba esos momentos. En esos momentos que solo eran ellos dos. En esos momentos que no exigía nada más. En esos momentos que nada se cruzaba ante su oculta relación. En esos momentos quería mandar todo a la mierda para tener a Peter B Parker junto a él.

Porque nada más importaba.

─ ¿Quieres una ronda rápida?

Porque Peter era su todo.

• Feelings •Where stories live. Discover now