Capitulo 42

2 0 0
                                    

—Queda arrestada por Asesinato y secuestro de dos menores. Tiene derecho a guardar silencio. Todo lo que diga puede y sera usado en una corte—.

Justo entre mis brazos sacaba a Yejin y Trevor de aquella gran casa mientras los oficiales se encargaban de lo demás.

—Su mami se pondrá muy feliz de verlos—.

....

—Entonces dime...¿Cómo te sientes?—.

Era la primera vez que visitaba a un psicólogo, pero por alguna razón esa sola pregunta me hizo llorar

¿Tan débil estaba?.

—Estoy tan cansada...—. suspiré secando mis lágrimas.

—Entiendo que estos últimos años no han sido fáciles para ti, la muerte de tu madre, el accidente, tu secuestro, el embarazo y ahora la muerte de tu mejor amigo y la desaparición de tus bebés...es un nudo bastante grande—.

Mí vida se oía muy penosa si lo decían así.

—Aunque lo que realmente me interesa ahora es lo que yo creo fue el detonante de tus ataques de ansiedad y pánico ¿Tienes alguna idea de cuando comenzó?—. Asentí nerviosa.

—La noche de su muerte—.

Recordarlo hacía que mí respiración fallara de nuevo.

—Todo el tiempo sus hermosos ojos azules perdidos y la sangre brotando de su boca aparecen en mí cabeza como un CD en repetición y yo....—. me estaba ahogando, no podia continuar.

—Mercy, necesito que respires profundo. La pérdida de alguien tan importante para nosotros es enfrentar el peor de los duelos existentes. Tenemos que afrontar la soledad y el vacío que esté deja en nuestro espacio—. Me extendió una taza de té.

—¿Y como se supone que haga eso? Cómo se supone que afronte el hecho de que no lo volveré a ver nunca más—.

—Bueno para eso estamos aquí. Lo primer que te propongo es hacerle una carta, asumo que abra un par de cosas que no pudiste decirle y de hecho eso suele ser el nudo que dices tener en la garganta cada que tus ataques comienzan. Las palabras anudadas que debemos soltar—
.
...

Al salir de la sesión  con la psiquiatra el día se había acabado, el cielo estaba oscuro y las estrellas ya estaban brillando.

Al mirar mí celular el cual había permanecido en silencio, varios mensajes de Dan y algunos otros de papá habían llegado.

Ignorandolos por completo camine con el pedazo de papel que había escrito hace un rato en la mano rumbo a nuestro lugar.

A decisión de los oficiales Ken no había tenido funeral, estos creían que los sicarios podrían volver a atacar así que para no poner en peligro a nadie más solo cremaron su cuerpo, el cual es un triste final para alguien que siempre quiso ser sepultado bajo un árbol llorón.

"Nuestro lugar".

Aquel lugar que por excelencia se había vuelto nuestro lugar de encuentro,al que realmente solo habíamos ido tres veces, pero que para ambos se había vuelto nuestro refugio, nuestro castillo rodeado de dragones donde nada malo podía pasar.

Al llegar me senté debajo de aquel gran árbol llorón, el cual parecía una pequeña tienda de acampar alejandome del mundo que me rodeaba por un instante

—Hola Ken, supuse que estarías aquí—. Cerré con fuerzas mis ojos intentando encontrar esa sensación tan cálida que el me trasmitía.

—Kenie...a diferencia de lo que creía realmente no hay mucho que me haya quedado por decirte, creo que esto es porque siempre te dije todo ¿Verdad?.
Lo último que me dijiste fue que que me amabas y ahora puedo decir que al igual que tú, yo te ame con toda mí alma y aún lo hago—. Presione el papel con fuerza contra mí pequeño.
—Kentin, te daré todo lo que quieras, justo así como tú me lo diste así que porfavor vuelve, vuelve conmigo—.

Era estupido de mí parte intentar revivirlo.

Pasé el resto de la noche debajo de aquel gran árbol, llorando, extrañando, pensado y solo deseando irme con el.
Sin darme cuenta el sol había salido de nuevo así que rápidamente volví a casa.

Al entrar Papá y Dante me miraron sorprendidos

—¿Donde mierda estabas?—. Dante se acercó a mí bastante enojado.

Decidí ignorarlo y caminar directo al baño para lavarme la cara.

—Respondeme cuando te hablo Mercy—. Me seguía por detrás mientras papá mira desde lejos.

—Solo fui a hablar con Ken—. Intenté cerrar la puerta pero este coloco su mano antes de que pudiera hacerlo.

—¿A dónde estabas?—.

—Con Ken—.Intente apartarlo.

—No digas idioteces. Kentin está muerto y pasaste toda la maldita noche afuera ¿Sabes lo preocupados que estábamos? No me vengas con esas porquerías de que estabas con tu amigo. Mercy ya no está, no puedes dejar que esto te unda—.

Aquellas palabras atravesaron mí corazón como si de una daga se tratara.

—¿¡Quien mierda eres para opinar sobre esto!?— Dante me miró sorprendido.
—¡Dime maldición!¡Dime quien mierda eres tu!. Ese idiota siempre me cuido, aguanto cientos de palizas por mí, cuando mí madre murió el estuvo allí. Cuando me secuestraron te rendiste ¿Verdad? Porque el no. El siempre confío en mí hasta el punto de perder a su esposa por mí culpa. Ese idiota es mí mejor amigo, es mí hermano, es mí primer amor ¡Lo es todo para mí y ahora está muerto!—.

—Hija debes calmarte—dijo papá acercandose a nosotros.

—¡Estoy tan harta de escuchar cómo intentas que lo olvidé! Desde que llegué a esta casa e visto como guardas todas mis fotos con el, como cambias de conversación cada vez que hablo de el, ahora incluso me mandas a un psicóloga para que lo "supere"—. Dije entre lágrimas, pero esta vez lágrimas de rabia.

Rabia por no poder decir lo que pensaba, por no poder llorar en paz, por no poder extrañarlo.

—¿Que piensas estar así toda tu vida?¿Planeas suicidarte también?—. En todo los años que llamaba con el jamás lo había visto tan enojado.

No podía creer lo que acababa de decir...

—Vete Dante—. Dije aún sorprendida.

—Era justo lo que planeaba hacer–.

La PinturaWhere stories live. Discover now