Capítulo 4

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-Muy deliciosa su comida señora Kang-. Papá alardeando como siempre.
Aunque debo admitir que no mintió.

-Muchas gracias-.

Algo me dice que estos dos ya se conocían y de hecho creo que no soy la única que lo sospecha.

El señor Kang miraba a papá seriamente, incluso podía decir que parecía algo enojado.

-¿Te creció la barriga Mercy?- Sunho me miró sorprendido, aunque se que se estaba burlando de mí.

-Callate- pase totalmente de el.

-Jajaja. Solo decía-

Si bien era una persona que podía ser bastante atemorizante, Sunho era muy amigable y divertido.

-Bien. Señor Belmont creo que deberíamos seguir hablando a solas en mí estudio mientras esperamos el postre-Papá asintió y siguió al señor Kang hasta una gran puerta azul.

Los pensamientos no dejaban de invadir mí cabeza ¿De que podrían estar hablando?.

-Ey Mercy ¿Quieres ir a dar una vuelta?-. Sunho se había puesto su abrigo y me estaba esperando en la puerta.

-No tarden mucho, aún falta el postre-Ambos asentimos antes de salir

La noche estaba bastante fresca, las hojas habían comenzado a caer y la luna brillaba como nunca antes.

-Con que una Belmont. Eso sí que no me lo esperaba. La verdad no tienes aspecto de serlo--.

Supongo que al ser poseedora de uno de los apellidos más imponentes del mundo uno esperaría que tuviera otro aspecto o estilo de vida.

-Me preguntaba porque mí padre quería reunirse con el tuyo, pero ahora veo porque- Sunho caminaba con un cigarro en su boca.

El apellido Belmont sin duda es bastante imponente.
En la historia quedó registrado como el último linaje templarium, aunque en la actualidad es más conocido por ser el apellido de la familia más rica del mundo, tanto histórica como monetariamente, esto debido a las bodegas de reliquias que nuestra familia posee.

Si soy sincera jamás vi un solo centavo de esos miles de millones y la verdad es que siempre vivimos de manera común, sin muchos lujos en nuestras vidas, pero era muy consciente de lo que teníamos.
Papá siempre me habló sobre las reliquias familiares que se encontraban en la antigua casa Belmont, a las cuales tendría acceso en algún futuro.

La mansión Belmont estaban llena de libros, diarios y tesoros de todo tipo.
De hecho antes de llegar aquí papá manejaba una gran cadena de museos y galerías de arte. ARK es el nombre de la empresa familiar.

-¿De que crees que estén hablando?-. Se quedó pensando por unos minutos.

-La verdad no lo sé. No me interesan mucho los asuntos de mí padre-.

Se me hacia raro teniendo en cuenta que el era el sucesor directo de la empresa.

A unos metros del río un ciervo y su bebé estaban tomando agua tranquilamente.
Intenté acercarme un poco más pero...

-Ven aquí-.Sunho me arrastró detrás de unos arbustos.
-No puedes acercarte mucho, está con su cria y te atacará-
Parecía saber mucho para ser un chico de ciudad.

Pasamos unos cuantos minutos mirando aquella escena.

-Es demasiado hermoso...-al voltear Sunho nisiquiera estaba mirando los ciervos.

-¿Que miras?¿Acaso tengo un sapo en la cara?- Sunho negó entre risas.

-Tienes un pedazo de lechuga entre los dientes-. Rápidamente agache la cabeza muy apenada intentando limpiar mis dientes.

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