Capítulo 6

5 1 0
                                    

La resaca martillaba mí cabeza mientras Intentaba recordar lo que había pasado la noche anterior.

Del otro lado de la reja Sunho hacía estiramientos vestido con ropa deportiva.

De la nada una fuerte sensación de vergüenza invadió mí cuerpo haciendo que mí corazón se acelerará.

Moví mí mano para saludarlo, al instante pude notar que Sunho parecía avergonzado por verme.

Espero no haber hecho nada malo, aunque por la punzada en mí corazón sentía que algo había sucedido.

Sunho solo movió su mano y paso completamente de mí.

¿Acaba de ignorarme?

-Hola perrita ¿Cómo te va con la resaca?-. Ken apareció frente a mí.
Parecía más contento de lo normal.

-¿Que haceaquí tan temprano?-- Últimamente veía muy a menudo el rostro de Ken por aquí.

-¿Acaso vienes a ver a Sara?- Sonrió pícaramente.

Actualmente pasaba más tiempo con ella que conmigo, la verdad no me importaba mucho parecían llevarse muy bien, pero admito que lo extrañaba.

-Vine a verte a ti. Anoche Sunho me avisó que te traería a casa porque estabas demasiado ebria así que solo quería ver cómo estabas-.

Me extendió una bolsa de papel con algunos medicamentos y bebidas para la resaca.

Si tanto le preocupaba tendría que a haber vuelto conmigo, no abandonarme por otra mujer.

-Realmente lo siento Mer, no debí dejarte sola- Parecía arrepentido.

-No te preocupes keni, estoy bien- Con una sonrisa se sentó junto a mí en el césped.

-¿Anoche cómo te fue con Sunho?- La verdad no recordaba nada.

-No recuerdo mucho pero me pongo muy nerviosa cada vez que lo veo así que seguro hice algo malo- Ken golpeó su frente ante mí Repuesta.

-Te gusta y seguro hiciste algo para marcar territorio-.Abrí mis ojos como platos.

-¿Que dices? No me gusta Sunho-. Bufo entre risas.

-Te conozco Meme, algo habrás hecho-.

Ken tenía razón, siempre que me sentía atraída por alguien inconcientemente hacía algo para llamar su atención.

-Tal vez me guste un poco...pero dudo haber hecho algo al respecto-. Ken miraba fijamente un punto sorprendido.

Al levantar la vista me di cuenta de lo que era...

¡Sunho!

...

Ya habían pasado unas cuantas semanas desde aquel día.

Cuando note que estaba oyendo nuestra conversación salí corriendo a la casa.

Desde entonces solo los estuve ignorado tanto a él como al idiota de Ken.

-Mercy-. Cada vez se hacía más difícil ignorar a Ken ya que siempre intentaba buscar la manera de que le hablara.

-Tu silencio me esta matando Meme. Porfavor amada mía perdoname, se lo ruego con mí vida-
El tomó mí mano mientras hacía una mueca demasiado tierna.

-Pues amado mío, debió de cerrar su enorme bocota, pues ahora estoy en muchos problemas por su culpa-. Se puso de pie antes de abrazarme.

-Sabes muy bien que si te rechaza yo estoy aquí-. Lo empuje entre risas antes de que entrara la profesora.
-Sabes que te amo-. Susurro en mí oído, provocando que se me pusiera la piel de gallina.

-Hoy vamos a trabajar en grupos, antes de dar la explicación porfavor tomen asiento con su compañero de atrás-

Mierda.

Al voltear un sonriente Sunho apoyado en sus manos me estaba mirando.

-Hora de romper la ley del hielo--
Mí rostro se torno completamente rojo y mí cara ardía como nunca lo había hecho.

-Si no me queda de otra- Mí respuesta pareció sorprenderlo mucho.

De reojo pude ver como Kentin me guiñaba un ojo.

-Lo siento Sunho, realmente no te estaba ignorando- Nisiquiera creería mis propias mentiras.

-Prefiero que me digas la verdad Belmont y me refiero a toda-
Si tal solo supieras que no es así de fácil...

La clase pasó muy rápido, ahora era Sunho quien me ignoraba.

Al final del día solo quedábamos Ken y yo en el salón.

-Se que hable de más pero mira el lado positivo, tal vez a el también le gustes y esté solo sea el comienzo de algo bonito- Hablaba desesperadamente.

-¡Nisiquiera me habla bobo!- Estaba a punto de darle mí mejor golpe

-¡Bueno pero no me grites!-

Ken se atajaba para evadir ser golpeado.

-Ademas tu fuiste quien lo ignoro primero-

¡Aish este mocoso!.

Estaba a punto de golpearlo con el libro más grande que llegue a tomar cuando...

-Disculpen...-Sabrina había entrado al salón.

-Tengo que hablar con la señorita Belmont-
Miró a Ken -A solas-

Los ojos de mí mejor amigo se encontraron con los míos durante unos minutos pero el luego salió haciéndome entender que me esperaría afuera.

-¿Que necesitas?- dije de la manera más fría posible.

-Quiero arreglar lo que rompí-

Se arrodilló frente a mí y abrazo mis piernas.

-Hace mucho tiempo no podía estar contigo. Nada estaba a nuestro favor y no tenía el dinero para llevarte conmigo. Pero ahora podemos huir juntas, podemos hacer todo lo que habíamos planeado. Mercy te dije que volvería por ti y lo hice ahora porfavor ven conmigo-

Sus brazos cada vez me apretaban más, parecía una serpiente enroscandose en su comida

-Te fuiste. Durante años no supe nada de ti. ¿Con que cara me dices esto?-

Comenzaba a perder el control.

-Te amo y no hubo ni un momento en que dejara de hacerlo-. Sus palabras se sentían tan vacías que solo lastimaban.

Un fuerte estruendo resonó en el salón.

-Nos vamos-.De la nada Sunho apareció en el salón y me jalo del brazo sacándome de allí.

-¡Oye sueltame!- No dejaba de correr.

Podía ver su gran espalda y su cabello moverse con el viento.

-¡Sunho!- Al escuchar mí grito se detuvo en seco, tardo unos minutos hasta que soltó mí mano.

Pero luego volteo y antes de notarlo...

¡Sunho me estaba besando!

Sus labios se movían lenta y tiernamente a juego con los míos, sus brazos ahora rodeaban mís caderas.

Después de mucho tiempo, por fin me sentía segura.

-No podía perderte- Susurró separandose unos centímetros de mí.

Su frente ahora estaba apoyada sobre la mía, su flequillo tapaba ligeramente sus ojos.
El único sonido era el del viento moviendo las hojas de los altos pinos y nuestra respiración agitada que lo acompañaba.

-De ahora en más jamas me perderás- Aquello sonó como una promesa, una promesa que fue sellada con un beso, el cual no quería que terminara jamás.

La PinturaKde žijí příběhy. Začni objevovat