Capítulo 36

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El día habia llegado.
Porfin nos iríamos del hospital.

Sunho caminaba hacia la salida con ambos bebés entre sus brazos.

—Te vez realmente bien como papá— sonrió de manera divertida.

—Es una lástima que no podamos tener más—. Esa sonrisa pícara había reaparecido.

—Son dos. Ya es suficiente— Sunho no dejaba de reír mientras salíamos del hospital.
Estaba realmente feliz.

—Nunca es suficiente— Delicadamente sentó a los bebes en sus asientos dentro del auto, mientras yo guardaba los bolsos en el asiendo restante.

Al observar Dante nos miraba desde la puerta de entrada con sus brazos cruzados.

La noche anterior...

—Toma—. Me dio un celular.

—Espere hasta esté día para dártelo así no corrías riesgos de que el idiota lo encuentre—. Asentí escondiendo el celular rápidamente en mi pantalón.

—Tengo miedo Dan—. Cubrió mí cuerpo entre sus brazos.

—Todo saldrá bien. Trevor y Kentin nos ayudarán. Por si no sabías tu hermano es muy bueno haciendo estas cosas—

La noche en la terraza termine aceptando la ayuda de Dan, era hora de acabar con todo esto, podria haberlo mantenido en secreto más tiempo pero mis hijos no se merecían esto, ellos no merecían vivir así.

Después de algunas semana encontrándonos en el cuarto de limpieza del último piso, acordamos que escaparía de la casa.

Para eso Dan me había dado unas medicinas para dormir para que coloque en la bebida de Sunho, según el estás podrías dormir hasta a un caballo así que no había posibilidades de fallar.

—¿Recuerdas el plan?—. Asentí.

—Esperare unos días para no levantar sospechas. Durante la noche cuando vuelva del trabajo y los bebes duerman le daré una copa de su vino favorito con el polvo dentro, esperaré a que se duerma y le tocaré el cuello para medirle el pulso, cuando vaya lento te llamará pero colgaré a los tres segundos. Tomaré a los niños e iré hasta el parque de la esquina— Dan sonrió asintiendo.

—Y ahí se acaba todo— Acaricio mí mejilla. —Nos iremos de la ciudad donde jamás pueda encontrarnos, luego de eso y con tu confesión Trevor se encargará del resto—.

Era la última jugada, era momento de hacerlo. Era hora de Huir de Sunho.

....

—Pero mira estás hermosuras ¡Son idénticos a ti hijo!— La señora Kang solía pasar mucho tiempo con nosotros. —Jamas me cansaré de consentirlos—.

—Madre vas a asustarlos— Después de mucho tiempo porfin había vuelto a ver a Sara.

Debo admitir que sea veía muy diferente. Se había cortado el cabello y ya no sonreía como solía hacerlo. Sin decir la cara de asco con la que me miraba.

—Admite que estás celosa de los mimos que madre le da a mis hijos— Sunho entro a la habitación con las mamaderas de los bebes.

Sara fulminó a Sunho con la mirada.

—Si, muy celosa de los frutos de tu violación—. La respiración de Sunho aumento al escuchar aquellas palabras.

—¡Sara!—. La señora Kang intento callar a Sara

Entonces ella lo sabía todo...¿Lo supo todo este tiempo?

—Vamos mamá, siempre tengo que hacer lo que a este idiota se le ocurra. Primero tapar el asesinato de papá y de una mujer que si lo amaba y luego ocultarle al hombre que amo que el idiota de mierda de mí hermano tenía secuestrada a su mejor amiga y al parecer la mujer que el si ama. ¿¡No te parece mucho que ahora tengo que aceptar esto?!—. Sara estaba en pleno colapso nervioso.

—Como se nota que nadie te enseño a medir tus palabras—. Sunho golpeó a Sara dejándola tirada en el suelo.

—¡No!— Me pare frente a Sara para evitar que Sunho la siguiera golpeando. —Ya dejala en paz. Solo no la escuches y y está. Tu y yo sabemos que eso es mentira— Sunho me miraba sorprendido. Pero a la vez logre calmarlo.

Los bebes comenzaron a llorar, al parecer se asustaron por los gritos de los hermanos.

—Deben irse— Sunho tomo a uno de los bebes entre sus brazos acunandolo con delicadeza.

—Lo siento mucho hijo, la próxima vez vendré sola— Sunho solo asintió.

—Aprendiste a manipularlo—Sara se puso de pie y limpio la sangre de su nariz.
—Tu y el son igual. Te mereces todo esto—Sara salió de la casa siendo seguida por la señora Kang.

Una apuñalada impacto directo en mí corazón.
Yo no era igual que el, yo solo estaba intentando sobrevivir.

—Amor ¿Que quieres de cenar?– Sunho estaba detrás de mí sonriendo como si nada hubiera pasado.

El momento había llegado, era hora de comenzar con el plan.

—Pasta— Sunho asintió

—Pedire un vino también— Sabía perfectamente que Sunho no podía comer pastas sin una copa de vino.

Era una de las cosas de las que me había dado cuenta en este tiempo.

Mientras el pedía la cena fui al baño con la escusa de que iba a darme una ducha.

Debajo del lavamanos dentro de un pequeño compartimiento había ocultado el celular y las pastillas que Dan me había dado.

Después de prender el agua y asegurarme que Sunho no estuviera cerca llame a Dan

~Bip~ —Uno—

~Bip~ —Dos—

~Bip~ —Tres—

Colgué rápidamente después del tercer bip y tire el celular por la rejilla de la ducha.

Después de darme un rápido baño me coloque la lencería que Sunho habia comprado para mi y coloque el pequeño sobre con el polvo dentro de un bolsillo que había cocido dentro del sostén hace unos días.
Para finalizar me puse uno de los babydoll qué tanto me pedía que utilizará.

Esto era muy humillante.

Antes de salir tomé una bocana de aire.

—Tu puedes—

El momento había llegado.

La PinturaWhere stories live. Discover now