CAPITULO 16

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Taehyung estaba muy feliz de cumplir los deseos de Seokjin, un gemido suave salió de él cuando el brazo sano del hombre se envolvió alrededor de él y lo atrajo hacia sí. Le encantaba besar a Seokjin. Le encantaba todo lo relacionado con Seokjin. El corazón de Taehyung se tambaleó con ese conocimiento repentino. El miedo se mezclaba con la sensación burbujeante edificándose en su estómago. Era como que las mariposas estaban en marcha.

Se echó hacia atrás, mirando a los hermosos ojos marrones de Seokjin. Él era tan guapo, precioso por dentro y por fuera. Taehyung sabía que el hombre estaba atraído por él, porque Seokjin se lo había dicho. Incluso sabía que le gustaba a Seokjin. Pero este sentimiento era mucho más profundo. Taehyung no creía que fuera capaz de soportarlo si Seokjin rechazaba sus sentimientos. Mejor no decirle.

Taehyung agarró los bordes de la manta y las acomodó, metiéndolos alrededor Seokjin. Cuando las cejas de Seokjin se juntaron, Taehyung supo que el hombre estaba confundido por su repentina retirada, pero no podía soportar la idea de compartir sus sentimientos cuando sabía que Seokjin se merecía a alguien mucho mejor que él.

Taehyung no creía que él fuera el imbécil que otros le llaman, pero sabía que era socialmente torpe. No le gustaban las multitudes. No le gustaban los extraños. Y no le gustaba ser puesto en situaciones en las que alguien podría llamarlo con sobrenombres o pensar que era estúpido. Seokjin era un hombre dulce, sociable que disfrutaba estando con otros alrededor. Era especial y Taehyung era... Taehyung.

—Tú descansa un poco ―dijo Taehyung sin mirarlo a los ojos―. Voy a ir a ver que la casa este cerrada. Voy a estar al final del pasillo, si me necesitas.

Taehyung empezó a levantarse, pero una mano en su muñeca se lo impidió.

―Taehyung, ¿qué está mal?

―Nada ―Taehyung pego una sonrisa en su rostro y se encontró con los ojos de Seokjin. ―Sólo necesitas un poco de descanso.

―Entonces cierra y luego ven aquí conmigo.

Dios, él no quería nada más. Simplemente no podía. Si se quedaba por la noche en la cama de Seokjin, nunca podría salir.

―Estás lesionado. Probablemente sea mejor que yo duerma en el sofá. ―Era una mala excusa, pero fue la única que se le ocurrió. ―Yo no quiero hacerte daño accidentalmente mientras estamos durmiendo.

―Taehyung.

Tenía que salir de allí antes de que él cediera a su necesidad de permanecer al lado de Seokjin.

―Descansa. ―Taehyung se levantó como si sus pantalones se estuvieran incendiando y se dirigió a la puerta. Apretó la mandíbula mientras daba un paso fuera de la habitación, negándose a permitirse mirar hacia atrás.

Los hombros de Taehyung se hundieron mientras miraba por el pasillo, sintió una pesadez sobre ellos como si llevara el peso del mundo. Recordó que el oficial Hwi se alojaba en la casa cuando doblo la esquina de la cocina. Lo que le evitó asustarse cuando lo vio sentado en la mesa, bebiendo una taza de café. Todo el mundo se había ido, dejando sólo al oficial allí.

Levantó la vista cuando Taehyung entró. ―¿Cómo está Seokjin?

―Logré arroparlo y le di algunos ibuprofenos. Estaba esperando que se duerma, pero él es muy terco. ―Taehyung se encogió de hombros―. Probablemente lo conoces mejor que yo.

Mucha gente conocía a Seokjin mejor que él. Conocía al oficial guapo desde hacía menos de dos semanas. Eso no lo hacían una amistad de por vida, incluso en un buen día. El oficial Hwi rio ligeramente mientras volvía la mirada hacia abajo en su taza de café.

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