59 | Do You Really Want Yo Know

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CAPÍTULO 59:"Do You Really Want Yo Know" - George Michael

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CAPÍTULO 59:
"Do You Really Want Yo Know" - George Michael

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Lunes 4 de Septiembre de 2023.
Monza, Milán, Italia.

La habitación apenas era iluminada por unas rendijas de sol que entraban armoniosamente por entre las cortinas que cubrían las ventanas, donde la pareja se encontraba acostada entre las sábanas recién despertándose; la muchacha rascando con suavidad el cabello del holandés que seguía dándole la espalda, a su vez que también acariciaba su torso con su otra mano y se arropaba más con él, inmersa en su calor y característico perfume natural, mientras Max seguía con sus ojos cerrados un poco somnoliento, pues había sido demasiado el desgaste físico de lo sufrido anoche, con su mente aún siendo un completo caos de pensamientos que ni sus tiernos mimos podían relajarlo en ese momento.

-Buenos días, amor...- susurró Julie en su oído al cabo de un buen rato, dejándole tímidos besitos en su hombro en un gesto cariñoso. -¿Cómo te sientes?- cuestionó por lo bajo tratando de ser lo más pasiva y tranquila para no abrumarlo, sin cesar con lo que estaba haciendo, para al instante sentir cómo el hombre comenzó a voltear en su posición entre algunos jadeos dificultosos por el ligero esfuerzo. Pero él no contestó una vez que quedó de frente a ella, clavando su mirada hinchada y entrecerrada en los ojos verdosos de la mujer que se veían un poco en la penumbra, sintiendo un fuerte nudo en la garganta que necesitaba liberar para poder respirar. -¿Estás bien?- pronunció al notar su expresión entristecida, posando sus manos en sus mejillas en un intento por relajarle.

-No...- susurró con un hilo de voz entrecortado para enseguida tragar saliva con dificultad, experimentando un increíble temor que ascendía por sus piernas en forma de escalofríos punzantes al creer que había llegado el momento de decirle toda la verdad. -Necesito hablar contigo... Jul...- habló con dolor y súplica en su voz quebradiza como también ronca, recibiendo un asentir por parte de la chica que comenzaba a tensarse en su interior al no saber qué esperar.

Al poco tiempo se incorporó de su posición y se sentó en el colchón con sus piernas levemente entrelazadas, reposando su espalda en el respaldo acolchado de la cama para ser sorprendido por la mujer que no dudó en sentarse en su regazo para más intimidad; rodeándolo con sus brazos mientras las suyas se instalaban tímidamente en su cintura. -Aquí estoy... mi amor...- susurró a la vez que acariciaba delicadamente su mejilla, viendo cómo él se quedaba callado por unos largos e intensos segundos, tomando aire y con su mirada casi perdida de estar organizando los pensamientos en su mente alterada y ruidosa.

Max intentó hablar varias veces pero apenas emitía un tímido sonido con su voz, pues le era muy difícil tocar ese delicado tema y no sabía tampoco cómo hacerlo, luchando internamente consigo mismo mientras sentía las lentas y tiernas caricias de la muchacha que intentaba consolarle. Dudó en un momento en callar; esquivar la dolorosa situación que tanto le abrumaba pero sentía que debía hacerlo de una vez, pues le debía explicaciones a la muchacha luego de que ella le confesara también sus penas más grandes, y porque tampoco soportaba más tenerlo en privado cuando varias veces había necesitado consejos, companía o incluso comprensión, sin saber cómo ella iba a reaccionar y eso era lo que le aterraba.

POLAROID | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora