51 | This ain't no thinkin' thing

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51 | This ain't no thinkin' thing

Jueves 3 de Agosto de 2023
Kearney, Nebraska, Estados Unidos

Un intenso rayo de sol le hizo fruncir los ojos a la muchacha, provocando que se volteara somnolienta en aquel sofá cama, quedándose enredada en las sábanas cuando decidió estirar sus brazos en búsqueda del holandés que tan bien la había hecho sentir anoche, pero sólo encontró la rugosidad de las mantas vacías y algo tibias, llamando su atención. Abrió sus ojos con algo de dificultad, inundada en aquel riquísimo perfume que se había quedado impregnado en las mismas, cuando oyó a lo lejos el sonido de unas tazas y puertas de alacena cerrarse, provocando que se mordiera el labio inferior con tontera al darse cuenta de que le estaba preparando el desayuno al también sentir el aroma a café inundar sus fosas nasales. 

Se acomodó más en aquel ruidoso sofá cama, liberando sus piernas y brazos ya que era un día bastante caluroso, sintiéndose muy relajada y feliz al pensar en todo lo que habían hecho la noche anterior que ciertamente la tenían con esa sonrisa coqueta; rememorando sus caricias, sus susurros, infinidad de besos en todo su cuerpo y sus lentas muestras de placer cuando ella apretaba su espalda, hasta que a los pocos minutos lo vió aparecer por detrás de la pared que dividía los ambientes con dos tazas blancas y humeantes en ambas manos, dejando su cuerpo a la vista únicamente vistiendo su bóxer negro; con su cabello rubio revuelto y un leve sonrojo en sus mejillas, siendo una excelente escena para la muchacha que se había hipnotizado.

-Buenos días...- sonrió el holandés al ver que tenía sus ojos abiertos, enredada a más no poder entre esas sábanas donde sus sensuales piernas contrastaban con la claridad de las mismas, siendo una imagen que le costaría mucho olvidar. -Para ti, mijn liefje.- añadió con coquetería y mucha relajación, mientras se acercaba hasta donde ella estaba para poder sentarse en el borde del sofá cama.

-Muchas gracias...- respondió enamorada, sonriente, con sus pupilas brillosas y con ese cosquilleo en su interior que la hacían sentirse única en el mundo, mientras recibía la caliente taza entre sus dedos, notando una sonrisa orgullosa en el holandés que tan bello se lo veía aquella mañana; pues parecía estar reflejando una cálida luz que tenían sus ojos celestes más coloridos y brillosos que nunca. -¿Qué significa mig...lif, minlief?- preguntó curiosa y con dificultad para pronunciarlo, haciendo reír tonto al hombre que se terminaba de acomodar a su lado.

-Mijn liefje.- repitió con ronquera en su voz ya que no hace mucho que se había despertado. -Significa "mi amor", en holandés.- respondió con una mirada llena de coquetería, sin poder evitar sonreír al ver cómo la muchacha se había sonrojado por aquello, para luego ella esconder sus labios en el hueco de la taza al darle un tímido sorbo a su bebida.

-Oh... con que eso decías anoche repetidas veces...- comentó tontamente y con cierta sensualidad, haciendo reír tímido al rubio que agachó su cabeza muy ruborizado, recibiendo una caricia en su hombro por parte de la chica en un gesto cariñoso. -Creí que eran insultos...- confesó y ambos rieron por lo bajo, con él muriendo de vergüenza y sin poder hacer contacto visual, acalorándose un poco al recordar la íntima noche anterior mientras negaba con su cabeza. Pocos segundos pasaron cuando Max se acomodó mejor en el colchón y dejó un momento la taza sobre la mesita de madera al lado del sofá, para acurrucarse junto a la chica que se tapaba la desnudez con las sábanas un tanto tímida en aquella pose de estar sentada con las piernas flexionadas en su pecho.

POLAROID | Max VerstappenWhere stories live. Discover now