64 | I Told You So

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CAPÍTULO 64:"I Told You So" - Randy Travis

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CAPÍTULO 64:
"I Told You So" - Randy Travis

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Miércoles 13 de Septiembre de 2023.
Wijk aan Zee, Países Bajos.

Unas tímidas rendijas de sol iluminaban lo justo y necesario en la habitación, el reloj junto al velador indicaba las diez de la mañana con unos minutos, cuando Max fue el primero en abrir sus ojos al no sentir más sueño, pues llevaba un incalculable tiempo dando vueltas en la cama sin posibilidad de volver a dormirse. Se removió en las sábanas blancas hasta quedar boca arriba, mientras con su mano izquierda se rascaba ambos lagrimales donde unas lagañas se habían hecho presentes, seguido de un largo bostezo por las ganas de quedarse acostado que lo habían invadido. No fue hasta luego de unos minutos que Julie empezó a demostrar señales de vida al moverse ligeramente en su posición, haciendo sonreír al holandés por sus sonidos erráticos y roncos que ella emitía al estar despertando poco a poco de su pesado sueño.

-Mmmh...- murmuró la chica cuando se abrazó al cuerpo del hombre con algo de melosidad, provocando una tonta sonrisa en él que no dudó en recibirla y acariciarla con extrema lentitud. -Max...- susurró con ronquera bastante adormilada, para a los pocos segundos empezar a pasar dos de sus dedos por su pecho fornido en un gesto cariñoso y quizá seductor. El holandés sintió un escalofrío descender por sus músculos, seguido de erizársele los vellos de todo su cuerpo por aquella simple caricia, cuando un hervor se apoderó de sus mejillas por los tímidos besitos que ella había empezado a darle en su cuello.

-Jul...- sonrió extrañamente nervioso y quizá sorprendido por su accionar, con su respiración empezando a entrecortarse a medida que ella tornaba sus besos más largos y babosos; donde la muchacha murmuró apenas en respuesta, cuando comenzó con lentitud y sensualidad a fregarse en su masculino cuerpo caliente y semidesnudo apenas cubierto por el bóxer, dejándose llevar por sus instintos y deseos femeninos que la habían invadido sin pedir permiso aquella mañana.

Sus besos siguieron deslizándose por sus rasposas mejillas debido a la barba crecida que en ellas tenía, babeando todo a su paso hasta que sintió una enorme mano apoderarse de su rostro mientras la otra se colaba por debajo de su cuerpo y se posaba en su cadera con cierta dominancia, sacándole una sonrisa a la muchacha al estar logrando su objetivo. Max quitó con delicadeza unos mechones de cabello que se interponían con las vistas de su bello rostro, haciendo que con ese movimiento ella cesara con sus besos un momento para enseguida unir sus miradas brillosas y entrecerradas, entendiéndose en una fracción de segundo. Enseguida se estamparon en un lento beso en sus bocas ardientes y sedientas, explorándose con sus lenguas de una forma necesitada pero pausada a la vez, mientras esa mano en su rostro se perdía al enterrarse en su larga cabellera oscura un tanto despeinada.

POLAROID | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora