[XXV]

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Eran muy pocas las ocasiones en las que Wonwoo se dejaba mimar por su madre. En parte siempre se debió al estatus de sus padres y al ahora suyo, además del poco tiempo que tenían; cuando era pequeño esos momentos eran más duraderos.

Pero desde que su madre había vuelto de su retiro en su hogar de origen, la mujer estaba más cariñosa que nunca.

Aunque él no se quejaba, al contrario, Wonwoo se dejaba querer porque lo necesitaba más que nunca.

Así que ahora, en la sala personal de su madre y en completa privacidad, el hombre se dejaba acariciar, con la cabeza apoyada en el regazo de su madre como si fuera un niño de cinco años en lo que estaban sentados en el sillón de dos piezas.

-Hijo mío.

-¿Mmmh?- estaba muy adormilado, casi al punto de caer en un profundo sueño gracias a las caricias así que se sobresaltó al sentir la suave voz de la mujer.

-Estoy muy orgullosa de ti cariño. Eres más fuerte de lo que nunca imaginé.

El omega no pudo evitar que su garganta se apretara, pero ya no quería llorar; estaba cansado de hacerlo. Se volteó para poder mirar a su progenitora desde abajo y sus labios se estiraron en una sonrisa sincera; la primera en semanas.

La mujer dejó de acariciar sus cabellos para ahuecar sus mejillas en cambio - Y puedes ser el rey o lo que sea, pero siempre serás mi bebito ¿si?

Wonwoo cerró los ojos, disfrutando de su calor y la dulce esencia que siempre funcionaría como un lugar seguro para él.

-Extraño tanto a papá- no pudo evitar decir.

La mujer le dio una sonrisa triste -Yo también cariño. Mucho.

-¿Por qué nunca me dijiste?

-¿Uh?

-Qué no te sentías bien. Sé que desde que nos dejó no te has sentido bien.

La omega volvió a acariciar su mejilla con delicadeza -¿Qué sentido tenía? No importa que haga, nada jamás podrá llenar el vacío que dejó.

Wonwoo podía comprender su sentir de cierta manera. Lo que ambos vivieron no era exactamente igual, pero ambos sufrieron una pérdida que los marcaría para siempre.

-Pero te tengo a ti hijo mío. Eres lo que me mantiene en pie. Mi rayito de vida.

-Basta, estoy sensible y me vas a hacer llorar- el omega se llevó ambas manos a la cara para esconder la humedad en sus lagrimales.

-¿Ves? Sigues siendo mi bebito- la mujer se rio, haciéndole cosquillas ligeramente en sus costados para que su hijo dejara de cubrirse el rostro.

Wonwoo no pudo evitar removerse al sentir las juguetonas manos de su madre, riéndose ahogadamente. Después de suplicarle que se detuviera para poder respirar, la mujer le hizo caso, retomando sus caricias, esta vez con una gran sonrisa en sus labios.

Y el omega no estaba en un modo muy diferente; el igual sonreía. Se sentía tan agradecido de tener a tantas personas en las que afirmarse para salir adelante.

Sus amigos también habían sido muy comprensivos. Desde el inicio intentaron estar presentes, apoyándolo de todas las formas posibles.

La primera vez que se reunió con todos para hablar después de no haberlo hecho por semanas, Minghao no dejó de abrazarlo, hasta Jeonghan tuvo que intervenir. Joshua por otra parte, se había mostrado como si de un perrito faldero se tratara; lo seguía de acá para allá.

Royalty - Meanie/MinwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora