Royalty - Meanie/Minwon

[XXII]

•Contenido sensible•

.

.

.

Intentó abrir sus ojos, pero los sentía tan pesados que se le estaba haciendo imposible. Cuando intentó mover sus manos para restregarlos, se dio cuenta de que tampoco podía; el roce de lo que parecía ser una cuerda se lo impidió, ocasionando que el dolor y el pánico lo invadieran en un segundo.

Todas las alarmas en su cabeza se encendieron, pese a lo fuera de sí que se sentía.

Siguió tratando de soltarse, sin embargo lo único que provocaba era más dolor a sus muñecas heridas y a sus músculos tensos. Estaba seguro de que tenía los ojos abiertos pero no podía ver más que oscuridad. Intentó gritar, aunque la tela en medio de sus labios se lo impidió, dañando la comisura de sus labios cada vez que intentaba hacerlo.

Se removió tratando de llenar sus pulmones de aire, pero se le estaba haciendo imposible; sentía como si su garganta se hubiera cerrado. Su corazón corría erráticamente por culpa de la ansiedad y el terror que lo recorrían de pies a cabeza.

Fue en ese momento que sintió otra presencia a su lado, así que se quedó quieto con la incertidumbre carcomiéndolo por dentro.

Pronto el saco que tenía en la cabeza fue removido y la luz del sol pegó directo en sus ojos, dejándolo ciego un momento. Cuando por fin fue capaz de enfocar sus ojos en la figura de pie frente a él, pudo reconocer a uno de los guardias del palacio mirándolo con frialdad desde arriba.

Intentó hablar y removerse para que lo soltara, pero nada funcionaba, él solo lo miraba con indiferencia, como si no fuera más que un robot sin emociones; miraba al omega en el piso que intentaba pedir auxilio desesperadamente como si fuera cosa de todos los días.

Wonwoo recorrió el lugar donde estaba con la mirada sin lograr reconocer su ubicación, parecía ser una especie de almacén abandonado. Podía escuchar el viento danzar por las copas de los árboles permitiendo suponer que se encontraba en alguna parte del inmenso bosque de Darling. Buscó cualquier cosa que pudiera servirle para soltarse, pero no había más que sacos y cajas viejas.

No tardó en notar otra presencia en el lugar, en una de las esquinas, mirándolo en silencio. Y cuando se dio cuenta de quién era el sudor frío cubrió su espalda.

El alfa mayor caminaba en su dirección con una sonrisa satisfecha y altanera surcando su cara. Cuando el señor Min estuvo a su lado, Wonwoo comenzó a gruñir inmediatamente; un intento de amenaza para que no se acercara más.

-Ja. ¿Te atreves a gruñirme omega estúpido?

Tomó los cabellos de Wonwoo con fuerza, tirando su cabeza hacia atrás para que lo mirara a los ojos, provocando que el omega soltara un quejido por el dolor que la acción le provocó.

-Te voy a enseñar lo que mereces omega. Aprenderás que no importa lo que hagas, tienes que asentir a todo lo que un alfa te diga sin intentar pasarse de listo, es tu deber después de todo.

El omega intentó hablar, mirándolo a los ojos con ferocidad. El alfa lo observó con diversión, quitando bruscamente la tela que amordazaba al hombre en el piso; después de todo no importaba cuanto gritara, nadie lo escucharía.

Apenas sintió su boca libre, Wonwoo escupió en los pies del alfa, ganándose un gruñido molesto; jamás creyó que haría algo así en su vida, pero era más de lo que podía soportar.

-Será mejor que me sueltes ahora, antes de que sea demasiado tarde para tí ¿Qué planeas hacer cuando nos encuentren? Soy tu rey, yo--

El alfa lo interrumpió cuando soltó una risa rebosante de sorna -Majestad, créame que antes de hacer esto sabía en lo que me estaba metiendo. Tengo claro que no hay vuelta atrás y voy a acabarlo a como dé lugar.