Tom

1.3K 229 126
                                    

━━━━━━━━━━━━━━━━━

━━━━━━━━━━━━━━━━━

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

OO8 | TOM

Bill
Vi como Bella entraba al edificio con su novio, sintiendo como el desconcierto invadía mi cuerpo cada vez más.

—¿Y quién es ese idiota? —le pregunté a Gustav bruscamente.

—El novio, Jay no sé cuánto —contestó, observando la puerta del edificio con la misma impotencia que yo—. Daniela lo odia. Bella jamás le contó que él le hizo algo grave, ni tampoco lo vio. Pero es un tipo violento.

—¿Y has dejado que entren ambos así de manitas? —a cada minuto que pasaba, la confusión se iba reemplazando con enojo.

—Pero que Bella es una adulta, por favor —me reprendió por la fuerza de mi tono. Bien, tenía que calmarme—. Sabe lo que hace.

—Bien, pero yo no —hice un amague de avanzar hacia la entrada, pero Gustav me detuvo poniéndome una mano en el pecho.

Justo en ese momento, Bella salió con su noviecito detrás. Le pregunté con la mirada si estaba todo bien, y ella hizo un gesto que interpreté que decía "déjamelo a mí". Suspiré, retrocediendo para cumplir su petición.

—¿En dos meses volverás? —le preguntó Jay, tomándola de las manos. Acto que me alarmó más de lo que debería.

Bella vaciló su respuesta, pero finalizó con un pequeño asentimiento—. Sí, en dos meses volveré.

¿De qué mierda estaban hablando? Ella no estaba pensando en volver con ese abusador, ¿cierto?

Esperé pacientemente a que el imbécil se largara. Cuando lo hizo, no tardé en caminar hacia Bella con muchas dudas que esperaba que pudiera contestarme.

—Bill —comenzó al verme.

—¿Ese animal es tu novio? —pregunté sin creerlo— ¿Y qué es eso de que volverás con él, huh?

—Es complicado, yo... —Bella tocó instintivamente su moretón en su muñeca, lo que hizo que yo desvíe mi mirada hacia allí.

Mi cerebro no tardó en maquinar la relación que ese tipo y las lastimaduras de Bella tenían. Y, Dios, podría jurar que sentí mi sangre hervir dentro de mí.

—Belle —la llamé por su apodo. Esa fue la primera vez que lo hice—. ¿Él te hace esas marcas? —le pregunté directamente.

Ella amagó a explicarse, pero cerró la boca como si no tuviera nada que decir.

—No es tu maldito problema —fue lo único que soltó, antes de dar media vuelta y regresar al edificio. Podría decir que eso no me afectó, pero estaría mintiendo.

Auch. Y justo cuando lo único que quería hacer era ayudar.

—¿Tú jamás te diste cuenta de eso? —le dije a Gustav esta vez, quien lucía igual de molesto que yo con la situación.

B&BLAU © [Bill Kaulitz]Where stories live. Discover now