Guantes que cubren heridas

1.6K 246 132
                                    

━━━━━━━━━━━━━━━━━

OO5 | GUANTES QUE CUBREN HERIDAS

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

OO5 | GUANTES QUE CUBREN HERIDAS

Bill
—Oh... —fue lo único que salió de sus labios.

Una sonrisa inevitablemente divertida surgió en mi rostro. Honestamente no sabía que Bella vendría a las grabaciones hoy, pero no me quejaba para nada. Es más, podía venir a más ensayos si quería.

Por favor que venga a más ensayos.

—No te vi allá —murmuró para llenar el silencio,  señalando la puerta a mis espaldas.

Por supuesto que no me había visto. Desde que entró, sus ojos se habían mantenido pegados al piso sin hacer ni un amague a alzar la mirada, al menos hasta que llegó Gustav. Pero eso me había ayudado a poder observarla sin que se diera cuenta de mi presencia.

—Estaba con los demás en la sala de grabación —mentí, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia.

Ella asintió sin mirarme con las manos en los bolsillos de sus jeans. Unos hermosos y ajustados jeans que contorneaban su figura de forma impresionante. Carraspeé, obligándome a mí mismo a subir la mirada. No quería que piense que soy un pervertido.

—Tu atuendo es genial —dije lo primero que se me vino a la mente.

Wow, Bill, que increíble forma de coquetear.

Parecía que tenía catorce años de nuevo.

—¿De veras? —alzó la mirada sorprendida— No lo creo, la blusa es vieja y los jeans... bueno, me los regaló mi novio —hizo un gesto de obviedad.

Y volvíamos a hablar del novio.

—¿Qué tiene de malo? —fruncí el ceño.

—Siempre compra tallas más chicas que la que en verdad soy —se encogió de hombros.

Eso no pasaría conmigo, estaba seguro de eso. Es más, creo que ya había memorizado cada centímetro de su cuerpo de forma impresionante. Podría remodelar su armario sin fijarme ni por un segundo en las medidas si me lo pedía. 

—Pues déjame decirte que te quedan de maravilla.

Uy, ¿demasiado descarado?

Cerré mi boca automáticamente, rezando cinco padrenuestros para que no se incomode por mis palabras impulsivas.

—¿Tú crees? —pasó un mechón de pelo por detrás de su oreja, y de pronto sentí como el aire volvía a mis pulmones.

No se había incomodado, es buena señal.

Iba a volver a hablar, pero mis ojos se quedaron en una parte de su cuerpo específica. Cuando alzó el brazo para tocarse el cabello, pude ver algo así como un moretón pintando su piel. Uno de los feos.

B&BLAU © [Bill Kaulitz]Where stories live. Discover now