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—No sé qué es peor, la muerte de Fred o que mi pizza no tenga bordes. —deje caer el ticket al suelo y miré la pizza con resentimiento.

¿Qué clase de pizza no tenía bordes?

—Dejalo ya, solo es una pizza. —Marie, Kat, Wanda, Queen, Olive y yo volteamos a ver a Melody lentamente, causando que la pobre temblara notablemente.— ¿O no? —esta vez su voz tembló.

Kat fue la que habló.

—¿Solo una pizza? —miró a Melody amenazadoramente y optó una posición seria.— Déjame decirte, amiga mía, la pizza es uno de los mejores descubrimientos del hombre, que descubrimientos, ¡inventos! El cuál nos otorga un estómago lleno y sentimiento de dicha cuando la saboreamos. Esta científicamente comprobado que la mejor parte de la pizza es el borde, el cual pueden rellenar con cualquier cosa.— Melody estaba con la boca abierta y las demás luchábamos para no reírnos.— Así que no solo es una pizza, querida Melody, es una parte esencial de la historia de la humanidad. Algo que sigue y sin embargo nunca deja de ser deliciosa, a menos que no sepas cocinar y tu pizza sea de algo involucrado con mariscos.

La primera en soltar la carcajada fue Wanda, su cara estaba tan roja que empecé a preguntarme si una persona se podía poner realmente morada.

—Elemental mi querida Kat. —mi amiga la miró raro y bufó.

—Arruinas la seriedad de la situación. —se quedó mirando a un lugar encima de su cabeza.

—Si así fueras para la escuela, estarías en las clases avanzadas. —comentó Queen, quien se refugió detrás de Marie para que Kat no la golpeara.

Seguimos comiendo la pizza tranquilamente hasta que escuchamos el sonido del timbre.

—Ahora vuelvo. —Kat se paró rápidamente y salió de la habitación.

Marie se volteó a verme.

—¿Escuchaste el rumor? —enarqué una ceja en señal de confusión.

—¿Rumor? —ella asintió frenéticamente y Queen habló.

—Dicen que unos chicos de ultimo año crearon una lista, pero nadie sabe de qué —volteé a ver a las demás y todas asintieron.

Olive agregó.

—Kat está en la lista. —justo en ese momento la puerta se abrió, mostrando a Kat con una caja en brazos.

Todas guardamos silencio y la observamos dejar el paquete en su escritorio.

Si Kat estaba en esa dichosa lista, necesitaba saber de qué era.

—Deberíamos ver una película, hablar de pizza me dió ganas de ver el filme de la rata que cocina. —comentó Kat encendiendo El televisor.

—Deberíamos ver un anime de paso, sacaron uno donde una chica tiene algo así como un tercer ojo y lo ocupa para predecir el futuro. Mi hermano lo está viendo y parece interesante. —siguió Olive como si la conversación pasada no hubiera tenido lugar. Todas asentimos, entusiasmadas con la idea.

—No puedo creer que pondré esas cosas en mi casa solo por ustedes. —chilló Kat, haciéndose la tonta.

—No te hagas pendeja que luego cuando vengo a tu casa me pides ver el anime de las criaturas mitad humano mitad caníbales. —exclamé, dejando a mi amiga en evidencia.

—Para tu información eso no es anime, es arte. No se compara. Y no son caníbales, son ghouls. Cabeza grande y gran cabeza no son la misma proeza.

—Con palabras distintas son la misma cosa.

(...)

Cuando llegué a casa eran las siete de la tarde.

Papá estaba en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados y una mirada rabiosa. Me acerqué lentamente y me paré justo enfrente de el.

—¿Porque llegas tan tarde? —su tono de voz era neutral, se notaba que estaba evitando no gritar.

Mamá estaría dormida. Era la única forma en que no gritaba.

—Le pedí a Fanny que te avisara que iría con unas compañeras. - me miró burlón.— Pensé que te lo había dicho.

—¿Pensaste? Que inteligente de tu parte. —el sarcasmo en su voz era todo menos sutil. — Tu hermana no es tu mensajera, no seas idiota. Ya decía yo que eras una buena para nada, pues ni siquiera decirme las cosas puedes.

—Ya sé que no es mi mensajera pero... —sentí un calor en mi mejilla antes de poder terminar la oración. No podía responder a esto o se volvería algo peor, más grande y me lastimaría más.— Lo siento, padre.

—¡Cállate! —dijo entre dientes. — Tú no entiendes, ¿verdad? ¡No me contestes!

Apreté la mandíbula y traté de no gritarle.

Me miró con odio y dijo lo de siempre.

Esto no habría pasado si fueras varón. Al menos así serías listo. —me abrió paso y me dirigí directamente a mi cuarto.

Controlé las lágrimas para no llorar, pero luego recordé sus palabras. Las lágrimas salieron poco a poco. Odiaba que me recordará eso, que me recordará que no era lo suficientemente buena para considerarme su hija.

Aventé mi mochila a la pared y golpeé el pie de la cama violentamente.

Cuando tenía cuatro años todo era más fácil, Bob y Marilyn me cuidaban y mi padre no me despreciaba tanto.

Volteé a ver a la puerta de mi armario. Todos mis posters estaban pegados ahí.

Desde Iron Maiden, Queen hasta The Police y IKON. Todos estaban ahí. Observándome, burlándose de mí.

Me acerqué furiosa y arranqué el primer póster que vi. Bon Jovi ahora estaba en el suelo y sus ojos fríos me miraban.

Aparté la vista.

¿Por qué era tan difícil hacer feliz a la gente? ¿Por qué tenían que ser tan inconformistas? No todo saldría como ellos querrán, habrá errores y malos cálculos. Pero nadie entiende.

Los adultos me dicen que las dificultades son solo momentáneas, que tengo que soportar un poco más, para hacerlo más tarde. Pero no es justo quedarme atrapada en el sueño de otra persona.

Mi padre no lo entendía, aunque el mas frío de los corazones puede cambiar de opinión.

A veces me miro en el espejo me pregunto a quién veo realmente, si esa persona es con quien tanto soñé una vez. Pero tengo que guardar las debilidades para después porque yo no soy lo importante.

Complaciendo a Papá. EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now