──Você me deixa louca, Lionel. Eu me derreto toda vez que você fala comigo, sorri para mim ou quando me dedica golos. Você me faz feliz só de te ver. Eu te amo.
──¿Qué me dijiste? No te entendí nada. Decimelo en español porfa'.
𝙳𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚊 �...
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Junio, 2019 Salvador de Bahía, Brasil
Helena y Neymar se encontraban cenando en un restaurante. Desde la navidad pasada que venían hablando y no podían parar.
En otra mesa, se encontraban los casados observando a detalle la cita.
—Si nos ven es todo culpa tuya —dijo Leo.
—Yo nada más tiré la idea, vos la aceptaste —Carine se puso a ver el menú —¿Queres milanesa? —él asintió. La rubia desvió su mirada hacia la entrada y se sorprendió, aunque no tanto, de ver a la persona que entraba —¿Qué? ¿Qué hace este acá?
Ante las palabras de su esposa, Leo se giró y vio a Lucas dirigiéndose a la mesa de Helena.
—Amor, va a arruinarles la cena. ¿Hacemos algo o...? —antes de decir alguna opción, Lucas ya había interrumpido la romántica cena entre Helena y Neymar.
—Helena, te estuve buscando por todos lados. Te dije que cambié, ¿por qué no me escuchaste? —él vio al futbolista a su lado —¿Y por qué no me sorprende que estés con uno nuevo?
—Ey, ¿qué te pasa? —defendió Ney.
—¿Vos no sos el que juega al fútbol en la selección? No...yo no lo puedo creer. Seguro fue la trola de Carine que te lo presentó.
—Raja de acá, imbecil —volvió a decir el brasileño. Helena ya le había contado sobre Lucas, aunque nunca lo había visto en persona, así que supuso que se trataba de él.
Lío, desde la otra mesa, le tiró el menú a Lucas en la espalda, haciendo que este se de vuelta —¿A quién le decís trola, gil?
—¿Este de nuevo? Pero ahora ya sé quien sos...Si, te conozco muy bien desde la vez pasada.
—¡Lucas, tomatela! —le gritó Carine.
—Carine, no te metas porque esto no tiene nada que ver con vos.
La rubia se paró de la mesa y se le acercó —Si te metes con Helena te metes conmigo, tarado. Yo no me olvido cuando quisiste entrar a mi casa en 2014.
—Que rencorosa, metete en tus propios asuntos —él la empujó, pero esta vez, más fuerte. Haciendo que caiga de cola al piso.
Instantáneamente, como si estuviera planeado, Leo se paró de la mesa y le pegó una piña a Lucas —¡A mi mujer no la tocas nunca! ¿¡Me escuchaste, gil!?
Helena y Neymar miraban la situación un poco desorientados. Eran la primera vez que veían a Lío de esa manera.
—¡Ey! ¿Qué mierda te pasa? ¡Seguridad! —gritó Lucas en el suelo.
—No te entiendo nada, pelotudito. Pero si se te pasa por la cabeza tocarle si quiera un pelo a mi mujer —dijo resaltando las últimas dos palabras —,la próxima vez no voy a ser tan bueno.
