──Você me deixa louca, Lionel. Eu me derreto toda vez que você fala comigo, sorri para mim ou quando me dedica golos. Você me faz feliz só de te ver. Eu te amo.
──¿Qué me dijiste? No te entendí nada. Decimelo en español porfa'.
𝙳𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚊 �...
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23 de junio, 2014 Río de Janeiro
Carine estaba cumpliendo su promesa. Ahora mismo, está sentada en el palco de Neymar, con su camiseta puesta. Es bueno ver un partido desde ahí y no como una periodista, con la camiseta puesta y poder gritar los goles y putear a los rivales. La familia de Ney ya conocía a la rubia, y de hecho les caía muy bien, entonces no tenían ningún problema con que estuviera en su palco. Después de cantar el himno de Brasil y el de Camerún, era momento de enfrentarse.
Al principio, Brasil comenzó muy bien. A los 16' Neymar metió un gol.
—¡Gooooool! —la rubia saltó y festejó. Entre la familia y ella se abrazaron.
Pero, lastimosamente, Camerún no se quedó con los brazos cruzados. Empezó a atacar mucho, y en los 26', Matip empató. Todos estaban con pelos de punta, sabiendo que si los africanos metían uno más, Brasil quedaba eliminado Y finalmente, después de unos minutos, a los 34', para ser exactos, Neymar volvió a marcar un gol. El alma les volvió a todos los brasileños.
Todos cantaban, saltaban y alentaban. A los 49', Fred metió un gol, haciendo que se festeje más.
En el segundo tiempo, quedó 3-1. No fue hasta el minuto 84, que Fernandinho marca el 4-1.
Y así fue como terminó. Asegurando el primer puesto en el grupo A. Ahora le iba a tocar contra Chile los octavos, partido que Carine no pensaba perderse. Después de todo, era su país, y no solo iba a alentar a Argentina.
Después de saludar a la familia de Ney, bajó para los vestidores y así poder saludar a su amigo.
—¡Ney! —gritó cuando lo vio. Él se dió vuelta, y fue a saludarla con un abrazo.
—¡Hola, Cari! Me hubiese gustado dedicarte los goles, pero Leo se pone celoso, así que mejor me lo ahorro.
El comentario hizo reír a la chica.
—Dale, boludo —lo empujó levemente —. Felicidades por el triunfo. Se lo merecen. ¡Vamos, Brasil! —dijo moviendo una mini bandera de su país que tenía en la mano mientras se reía.
—Gracias, bonita. Ahora mejor me voy a bañar, así que te dejo.
—Dale, andá a la ducha, mugriento —los dos rieron y Carine se fue de ahí.
Al llegar a su departamento, vio a su amiga saltando por todos lados.
