──Você me deixa louca, Lionel. Eu me derreto toda vez que você fala comigo, sorri para mim ou quando me dedica golos. Você me faz feliz só de te ver. Eu te amo.
──¿Qué me dijiste? No te entendí nada. Decimelo en español porfa'.
𝙳𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚊 �...
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Enero, 2017 Barcelona, España.
—¡Lucho! Muchas gracias, amigo —Leo saludó a su compañero del barça al ver cómo este le abría la puerta.
—No hay de que, Leo. Vos debes ser Carine, ¿o no?
—Si. Es un gusto conocerte, Luis.
—¡Decime Lucho! Un gusto conocerte también. Las cosas que he escuchado de vos...Todas buenas, por supuesto.
—En fin, te dejamos a los pequeños demonios. Buena suerte —Thiago le soltó la mano a Leo y fue con Lucho, mientras que Mateo estaba en los brazos de Carine.
—Ja, sí. Buena suerte para mi.
—Na, son un amor —dijo la rubia.
—Ya veremos. Pasen, chicos. Delfi y Benja están en el living viendo una peli —dijo refiriéndose a sus hijos.
Los Messi menores obedecieron y fueron a donde Luis les había indicado. Mateo con ayuda de Thiago.
—Que les vaya bien, amigos —Lucho los saludó con un beso en el cachete.
—Gracias otra vez por cuidarlos. Los venimos a buscar mañana —respondió Carine.
—No hay de qué. Ahora vayan y disfruten de su noche.
Carine y Leo volvieron a la camioneta y fueron a un restaurante donde él había reservado. Estaba al frente de la playa y era un lugar donde no los molestarían con las fotos ni paparazzis.
Al llegar, se sentaron en la mesa.
—Uff, no puedo creer que tenemos una noche libre —acotó la brasileña.
—Se, yo tampoco.
La moza apareció y dejó la carta.
—¿Qué te vas a pedir, amor?
—Unos fideos, ¿vos?
—Lo mismo —le copió Leo.
—Copión.
—Ehhhh, ¿qué te pasa? Estamos bravas hoy.
—Si, si. Como digas.
Cuando la moza volvió, pidieron la comida y la bebida. Luego, siguieron hablando hasta que su pedido llegó.
