──Você me deixa louca, Lionel. Eu me derreto toda vez que você fala comigo, sorri para mim ou quando me dedica golos. Você me faz feliz só de te ver. Eu te amo.
──¿Qué me dijiste? No te entendí nada. Decimelo en español porfa'.
𝙳𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚊 �...
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24 de junio, 2014. Río de Janeiro
Hoy era el cumpleaños de Leo, cumple 27 años. Eso no pasó por alto por la rubia, así que lo llamo apenas se despertó, con algo de resaca, sin embargo recordaba lo que había pasado la noche anterior.
—¡Feliz cumpleaños!
—¡Muchas gracias, brazuca! ¿Te sentís bien?
—Excelente. Pero la llamada no es sobre mi. ¿Queres ir a algún lugar para festejar tus 27 años?
—Me encantaría, pero no puedo. Voy a festejar con mis amigos de la concentración.
—Ahh, está bien. No pasa nada.
—¡Pero podes venir! Si queres, obvio.
—Si insistís, voy. Pasame el horario y la dirección del hotel. Voy a cocinar algo para llevar, mira que soy una chef de lujo.
—Me imagino. Te espero, entonces.
—¡Nos vemos, cumpleañero!
—Nos vemos, rubia.
La llamada finalizó, y Leo instantáneamente le pasó lo que ella había pedido. Tenía que ir a las 16:00 hs. No lo querían festejar a la noche porque al día siguiente tienen partido, y tampoco quieren estar muy cansados.
Carine empezó a buscar recetas de bizcochuelo en su libro de cocina. Una vez encontrada, empezó a preparar la mezcla, y después de ya tenerla hecha, la metió al horno.
Se sentó en el sillón a mirar la tele mientras esperaba a que la torta se cocine.
Estuvo un par de minutos viendo parte de una peli, cuando tocaron la puerta. Le extrañaba ya que no esperaba a nadie, pero cuando la abrió, se puso muy feliz.
—¡Lara! —Carine se abalanzó a su hermana, dándole un fuerte abrazo correspondido.
—¡Hola, Carine! Hace mucho no vengo a visitarte. ¿Te parece si almorzamos juntas? Yo invito.
—¡Si! Bueno, ahora no puedo. Estoy cocinando una torta y me tengo que quedar a controlar.
—¿Torta? ¿Para quién?
—Es para Leo. Es su cumpleaños número 27 y me invitó a su festejo con la concentración argentina —explicó mientras la hacía pasar.
