CAPITULO 53

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Camila abrió los ojos, mirando a Max totalmente aturdida. Este no parecía tener conciencia de la gravedad de lo que acababa de revelarle. Estaba muy apaciguado, con los hombros relajados y el semblante a gusto. Ninguno de los dos había dicho ninguna palabra desde hace ya varios minutos.

                     

Ella trató de concentrarse, de buscar alguna manera de entender el hecho de que… Lauren y Max fueran hermanos. Lauren nunca le había comentado nada respecto a un hermano suyo, y si lo había hecho, por supuesto que lo habría recordado. La situación era diferente. Habían demasiadas cosas que no encajaban y otras que probablemente tenían sentido si es que Max decía la verdad.

                     
Mirándolo sin decir una palabra, pudo observar como Max abría desesperadamente el frasco de píldoras y tragaba un par de ellas sin necesidad de algún líquido. Sus manos temblaban. Su aspecto era el de un enfermo sin ningún tipo de ayuda. Desesperado, estúpido y maniaco.

                     

- ¿No te ha gustado escuchar la verdad,  Cabello? – le cuestionó él después de tragarse las píldoras.

                     
Camila lo vio reírse. Sus carcajadas llenaron toda la habitación, produciendo un gran eco. Verlo de esa manera, también le hizo pensar muchas cosas. Su enfermedad era totalmente notoria y tal vez… tal vez eso le estaba haciendo pensar que…

                     

- Lauren no es tu hermana. – dijo ella en voz alta. Sus pensamientos habían hecho una conexión grande entre lo que debía y no debía decir. De inmediato lo vio caminar hacia ella con una ferocidad impresionante, con los ojos a punto de salírseles de órbita.

                     

- ¿Crees que ella iba a decirte alguna vez que tenía un hermano esquizofrénico? – Max tomo una vez más un mechón de cabello de Camila, arrastrándola para que pudiera mirarle. Ella trató de resistirse en soltar un gemido de dolor. – Somos casi familia, muñeca. – una media sonrisa se abrió paso en la boca de Max. Miraba los labios de Camila sin ninguna restricción, demasiado concentrado como para que Camila no se sintiera totalmente asqueada. - ¿Te imaginas lo tierno que hubiera sido una reunión familiar? Criminales, una puta y un esquizofrénico.

                     

- Tú no tienes la culpa de esto. – logró susurrar Camila, con los ojos cerrados debido a la proximidad de Max.

                     

- Nací con una enfermedad Camila. Siempre he vivido bajo la misma mierda todos los días. – sus manos apretaron fuerte el mechón de cabello de ella, y Camila no se resistió en soltar un grito de dolor. - Me regalaron a una estúpida familia de ancianos alcohólicos que lo único que hicieron fue arruinarme la vida en un centro de rehabilitación. – tragó saliva, cerrando los ojos y viviendo esa escena de su vida con un ardor inmenso en su garganta. - ¿Sabes que es lo peor? Tenía cuatro años.

                     

- Fue lo mejor para ti… - la mandíbula de Camila temblaba. Quiso dejar sus palabras ahí, pero necesitaba decirle más. – Necesitabas ayuda Max…ella,… Laure… ha tenido que lidiar con su propio padre por muchos años…

                     

- Oh. – Max ladeó la cabeza, sonriendo con sarcasmo. – Eso suena tan difícil.

TENTATION 4 CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora