CAPITULO 25

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Pero entonces, escucho sus sollozos en medio de nuestros gemidos. Me detengo en seco.

- Lo siento… Dios, lo siento… ¿te he hecho daño? – pregunto jodidamente alarmada. Y más porque de verdad he sido consciente de lo duro que lo hemos hecho esta vez. Camila niega con la cabeza, volviéndose a limpiar las lágrimas. Queda seca y arropa mis mejillas entre la palma de sus manos. Entonces me habla, como si de a una niña pequeña se tratara.

- Estoy bien. – sonríe. Su sonrisa me deja inconsciente por unos segundos.

- Puedo hacerlo mejor, si tú quieres.

- Ha estado perfecto Lauren. – vuelve a sonreírme. Pero esta vez me he quedado plasmada por el tono de su voz. Tan suave. Tan ligera. Cansada. Y sé por qué lo está. – No sé por qué estoy llorando tanto, lo siento. – me despeina el cabello. Suelto un suspiro y me acomodo sobre ella, sobre sus senos. Hundo mi cabeza en ellos y me quedo quieta, reposando.

- Simplemente han pasado muchas cosas. – le susurro.

- Sí, debe ser eso. – me dice ella ahora, acariciándome la espalda con el dedo índice de arriba hacia abajo. Mi piel se eriza bajo su tacto. – tal vez solo es eso… - ahora susurra y su voz es casi inaudible. Sin embargo, al escuchar su voz algo dentro de mí se enciende de inmediato. ¿Me está ocultando algo? Puedo sentirlo como una corazonada, una intuición que nunca falla. Pero exactamente, no sé qué podría estar pasando detrás de todo esto.

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Mis ojos se abren a mitad de la noche. Todo está oscuro. El único ruido existente es la suave respiración de Camila a mi lado y mi corazón latiendo con una fuerza extrema. Estoy envuelta en sudor pero curiosamente no puedo recordar lo que he estado soñando. Trato de volver mi mente cinco minutos atrás, tratando de hallar lo que me tiene así. Pero no puedo descifrarlo. Simplemente estoy transpirando, con los ojos muy abiertos y sintiéndome paranoico.
Hace tanto tiempo no sentía una sensación similar. Sentirla ahora solo me hace pensar cosas… cosas que no cuadran en lo absoluto.

Me pongo de pie y camino descalza hasta la puerta, abandono la habitación y entro en la de Elisabeth. Todo está tranquilo, como he imaginado que estaría. Ella está durmiendo boca abajo y su respiración a penas puede escucharse. Verla de esa manera hace que todo mi cuerpo se relaje. Las cosas están bien. Las cosas están mejor que nunca… en lo referido a nosotras, todo está en orden, ¿Por qué entonces estoy tan jodidamente nerviosa? Puedo sentir mis manos temblar y no tengo una ligera idea de por qué. Podría excusarme diciendo que es por el raro accidente que ha ocasionado la muerte de Sinuh Estrabao, pero… ¿aquello tendría que ponerme así de mal? Nunca he conocido a esa mujer como para que ahora la noticia me afecte tanto… ¿Verdad?

Entonces el sonido de mi teléfono celular resuena desde mi habitación. Gruño por dentro y corro hasta el, puesto sobre la mesa de noche. Camila cambia de posición sobre la cama, todavía sin despertar. Suelto un suspiro, observando la pantalla de mi móvil en donde aparece el nombre: “Travis Maslow”.

- Son las tres de la mañana. – contesto irritada. Salgo de la habitación y me escabullo en la cocina.

- Enciende la televisión. – me ordena él. La voz de Travis se escucha diferente, tal y como la recuerdo cuando ambos pertenecíamos a Tentation.

- ¿Qué haces viendo televisión a esta jodida hora?

- Mierda, solo hazlo. – gruñe él en la otra línea. Su tono de voz me irrita muchísimo. Todavía más cuando intenta decirme que hacer, pero por algún motivo, no intento en ningún momento buscar algún lío y solo paso a moverme a la sala de estar para buscar el control remoto y encender el televisor. Tardo unos minutos en encontrar el botón principal, pero al hacerlo, enciendo la televisión y ésta tiene un volumen ensordecedor.

- Joder… - me quejo en voz baja y disminuyo el volumen del televisor. - ¿A dónde quieres llegar?

- Canal dos. – me dicta Travis y puedo notar lo tenso que se encuentra al escuchar su voz.

Hago lo que me dice y presiono el botón que tiene dibujado el número dos. El programa anterior desaparece y ahora en cambio hay un noticiero de madrugada. Un hombre de edad está narrando algo que no puedo escuchar, pero fijándome muy bien me doy cuenta de que no necesito escuchar nada para saber de qué se trata todo esto…

- Mierda.- susurro al leer los titulares que aparecen debajo. Mi cuerpo se tensa por completo y siento mi piel enfriarse en lo que corren los segundos. Esto tiene que ser una broma…

- ¿Qué pasó ese día? – la voz de Travis va disminuyéndose en mi cabeza, y aunque sé que sigue hablándome, no puedo escucharle, no puedo entenderle, no puedo saber nada de lo que está pasando. – Lauren – me llama. Su voz se escucha como un eco pesado en mi mente. - ¡Joder, escúchame!

Sacudo la cabeza. Mi cuerpo vuelve a ubicarse en el mundo y puedo notar que Travis sigue hablando en el móvil.

- ¿Qué pasó ese día? – vuelve a preguntarme de nuevo.

- Todos están en la cárcel. – le aseguro. Mi voz ha cambiado de matiz y puedo saber perfectamente por qué. Mis ojos se centran en el noticiero, en el tipo que dicta las noticias, en la reportera ubicada en algún sitio de la ciudad narrándolo todo, en los titulares, en el ridículo nombre que lleva el programa… y sé que ninguno de ellos podría entender todo lo que en este momento están causando en mí.

- ¿Y cómo explicas eso?

- ¡No lo sé! – grito, moviendo las manos. Mi respiración se vuelve agitada de un momento a otro y solo siento la necesidad de encender un jodido cigarrillo. – No lo sé… - vuelvo a repetirle. – Maldita sea. – farfullo en silencio. Mis manos se desesperan solas y alcanzan a tocar mi cabeza, envolviéndola.

Aumento el volumen de la televisión lo suficiente para que mis oídos escuchen, mientras trato de buscar una explicación a todo esto.

"Tres nuevos robos se han registrado esta noche en la ciudad de New Jearsey. Las cantidades no son exactas todavía, pero se calcula una pérdida de tres millones de dólares. Y además, una suma aproximada de diez heridos por banco y dos muertos".

Trago saliva.

- Voy a colgar. – suelto de pronto.

- Vale. – acepta él sin decir nada más. Cuelgo la llamada y tiro el móvil fuera de mi alcance, concentrándome una vez más en las palabras de la reportera.

"Según hemos averiguado, se han reportado dos robos más en las noches anteriores con la misma cantidad de heridos y la misma cantidad de muertos."

Mi corazón se enfría cuando logro ver las fotografías de las dos personas asesinadas en la pantalla.

"Marcie McMillan. 30 años, soltera.
Sinuh Estrabao. 52 años, divorciada, una hija".

Maldita sea…

"El gerente del banco de New Jearsey nos ha informado que se trataba de dos mujeres que necesitaban los servicios del banco y que se vieron negadas a servir a los criminales. Sus cuerpos fueron llevados fuera de la ciudad, donde más tarde fueron encontrados, enterrados, en la vía de camino a Washington".

Al pestañear puedo notar que mis ojos se han llenado de lágrimas. Mi garganta está seca, no puedo creerme nada todavía…

"La policía de New York ha logrado captar algunas imágenes de los robos realizados en los últimos días".

Las imágenes pasan. La gente grita. Otros se mueven. Uno dispara…

"… Este tipo de robos no son característicos ni vistos antes en ninguna parte de la ciudad, por lo que la policía ya tiene sospechosos. Presumen que estos robos, que incluyen la matanza de personas claves, sigan alrededor de las siguientes noches. Y además, que podría tratarse de una mafia desaparecida que está integrándose de nuevo…"

Mi mente se nubla y alrededor solo logran pasar imágenes. Solo logran pasar recuerdos. Solo logro mirar la televisión, los videos de seguridad me atormentan, la espera me atormenta, la muerta de la madre de Camila me atormenta… y todo se junta convirtiéndose en una tortura, en una pesadilla que… que todavía no tiene fin.

"La mafia Tentation".

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