Extra Olivia

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Pequeños y grandes pasos llamados hogar

Olivia

Es pequeño, apenas tiene dos habitaciones, una es extremadamente pequeña y hemos decidido utilizarla de closet ya que la otra habitación no cuenta con uno y nosotras no tenemos muchos muebles, la cocina y la sala están juntas, el baño tampoco es inmenso, pero logramos apañarnos, después de todo no tenemos muchas cosas por ahora, así que todo se ve bonito, tan bonito que me dan ganas de llorar.

Porque lo estamos logrando.

Lina y yo estamos avanzando y creando nuestro espacio.

Y es inevitable para mí no pensar en ellos, ¿Qué pensarían de todo esto? ¿Me odiarán? Probablemente lo hacen, aunque Marcus me diga que no es así, pero lo estoy logrando, tengo una beca completa para estudiar la carrera que quiera, ya no dependo de Fred o de Marcus, Lina y yo ahora alquilábamos un pequeño departamento en el centro de la ciudad, había trabajado en restaurantes, cuidando perros y siendo niñera, había ahorrado y manejado nuestro dinero para que pudiéramos tener un futuro y todo eso lo había hecho sola, sin ellos. ¿Estaba mal? ¿Realmente amar a Lina había sido lo peor que les había hecho? Si supieran todo esto, ¿estarían orgullosos?

No valía la pena, debía de estar pensando en otras cosas, pero simplemente no podía.

Y Lina, ella parecía tan emocionada mientras barría el apartamento, pero lo notó, ella dejó de cantar la canción que sonaba en el pequeño parlante que teníamos, apoyó la escoba en la pared y se dirigió a mí rápidamente, sus dedos se posaron sobre mis mejillas, borrando el resto de mis lágrimas.

—¿Qué sucede? ¿Es por las cortinas? Olivia te prometo que mañana mismo vamos a comprar las blancas. —murmuró y reí sin ganas. —¿Qué pasa?

—Creo que solo estoy algo sentimental, es la primera vez que dormiremos aquí y yo...—Lina me miraba, tenía completamente su atención, sus manos acunaron mi rostro y yo me apoyé en ella. —Todo se siente como, no lo sé, ¿hogar? Y yo solo puedo pensar que es hermoso, pero duele, porque con ellos no fue así, quise sentirme segura, lo intenté.

Y trataba de entenderlo, no todas las familias eran iguales, no en todas necesariamente se encontraba un lugar seguro, pero yo lo quise, lo desee tanto, porque se suponen que deben ser ellos, me mentí y engañé por tanto tiempo y ahora que era real, costaba aceptarlo, porque era como quitar una capa una y otra vez y entender que esa era la realidad, no importaba cuantos años pasaran, que hiciera, simplemente era así y no podía cambiarlo, mucho menos ahora.

—Lo sé y permítete sentirlo, Olivia. —Solté un leve sollozo y los ojos de Lina brillaron, temblé. —No todo tiene que ser perfecto, cariño. Está bien desear que fuera diferente, está bien seguir queriéndolos, no es tu culpa, las personas aún tienen mucho que cambiar, pero siente, siente todo ese dolor, porque significa que estás viva y eso, eso es lo más maravilloso del mundo. ¡Estás aquí! En todas partes, Olivia, este es tu hogar y yo... Yo estoy aquí.

Ella me amaba y yo la amaba, la amaba tanto como a las estrellas brillantes, los helados de vainilla y las puestas de sol, pero eso sonaba poco, aun así, porque estaba segura de que amaba a Lina, en esta vida, en las otras e infinitamente.

—Bésame, bésame mucho. —dije, Lina rio y cumplió.

Sus labios estuvieron sobre los míos como pequeñas caricias, mis manos se posaron en los bolsillos traseros de su pantalón, la acerqué más a mí, los besos sabían a lágrimas, promesas silenciosas, te amos y fuertes emociones, porque besar a Lina York no era poco, se sentía en cada suspiro, en cada sonrisa o mordida, ella sabía lo que me hacía sentir y yo sabía lo que le hacía sentir y era tanto, tanto que mis piernas temblaban y parecían desear más, más.

—Si me sigues mordiendo así, no llegaremos ni a la habitación. —Murmuró sobre mi boca, abrí mis ojos y volví a morder su labio inferior. —Olivia.

—¿No es genial entonces que ya no debemos de correr a la habitación? Aquí nadie nos interrumpirá. —contesté, Lina soltó un leve jadeo cuando apreté su trasero con mis manos. —¿No quieres estrenar ese sofá?

—Claro, hay que darle un buen uso al regalo de Joshua. —respondió, una sonrisa maliciosa se posó en su rostro.

Entre besos y manoseos nos acercamos hasta el lindo sofá color negro, Lina se sentó y yo me subí a horcajadas sobre ella, pronto sus manos empezaron a desprender los botones de mi camisa y cada vez que una parte de mi piel se mostraba ella la besaba y yo balbuceaba incoherencias mientras mordía y lamía su cuello, pronto mi sujetador desapareció, su camisa también, los pantalones de las dos fue una tarea difícil que hicimos entre risas y cuando no hubo ni una prenda de por medio ambas paseamos nuestras manos y bocas por nuestra piel, jalé de su cabello como sabía que tanto le gustaba y ella besó esa zona sensible de mi cuello que me hacía temblar, nos mantuvimos muy cerca, sin importarnos el sudor que desprendíamos, sus pechos sobre los míos y sus piernas entrelazadas con las mías, su rostro justo frente al mío jadeante y lleno de la excitación del momentos, la besé, la besé con tanta fuerza, recordando que ella estaba aquí y que no era malo, porque sentir estaba bien y amar a Lina era lo mejor que me había pasado.

Ambas miramos el desastre de prendas en el suelo, las cajas de nuestra pequeña mudanza aún sin desempacar, las cortinas que no eran blancas como quería, mis plantas junto a la puerta principal, nuestros libros sobre nuestro mueble improvisado, porque ambas teníamos una adoración por los libros tan grande que no permitimos ni un segundo verlos sobre el suelo, sonreí y luego gemí al recordar lo mucho que teníamos que ordenar y ya pronto sería la hora de cenar, Lina se quejó cuando me alejé de ella y empecé a vestirme.

—Vamos, tenemos que ordenar este desastre. —dije, Lina bufó, le di un corto beso en los labios y finalmente se levantó, no dejé de observarla.

Y entre esas paredes blancas entendí que no todo era perfecto, que estaba bien sentir y pude ver los pequeños y grandes pasos que habíamos dado, para tener este pequeño hogar, porque nosotras siempre seríamos nosotras. 

Nothing Like UsWhere stories live. Discover now