35

770 49 12
                                    

CAPÍTULO 35
Un miércoles no aburrido.
Lina.

Ruedo mis ojos y vuelvo a negar con mi cabeza, Jordan me mira totalmente indignado y señala a Joshua que está dormido sobre mis piernas mientras que yo estoy en mi descanso de veinte minutos, Harold está en la cocina disque cocinándose algo porque se le hizo tarde para almorzar, Marcus está en mi habitación terminando de contestar los últimos problemas de matemáticas que quedan, siendo sincera estoy orgullosa, apenas es miércoles y ya he avanzado muchísimos con los folletos, incluso tres ya están terminados por completo y ya Susan terminó el de Biología.

—Joshua me apoyaría.—dijo esta vez Jordan.

—Joshua no está en condiciones de apoyar a nadie.—le dije, el pobre no había podido dormir en toda la noche porque su madre no lo dejaba de llamar diciéndole que debía regresar a Argentina.

—Harold me apoyaría.—dijo esta vez.

—Harold no cuenta, él apoya cualquier idiotez.—comenté.

—Marcus me apo…—lo interrumpí.

—No, no lo haría, prácticamente le quieres dedicar una canción de amor a su hermana el viernes y peor aún si se entera de que yo se la “dediqué”—hago comillas en la última palabra con mis manos, Jordan golpea su frente exasperado y Harold vuelve a la sala con medio sándwich en la boca y se sienta sobre las piernas de Jordan.

—Creo que Marcus debería saberlo.—comentó de repente Harold aún con comida en la boca.

—No, hay que respetar a Olivia.—dije rápidamente.

—Yo creo que más bien tienes miedo.—se burló Jordan, rodé los ojos.

—¿Miedo? ¿De qué?

—De un hermano sobreprotector y celoso, sería muy loco todo ahora que lo pienso, espero tener mi celular en mano para cuando suceda ese momento.—dijo Harold.

—¿Ustedes creen que Marcus no lo entendería? Digo, él me quiere como si fuera su hermanita menor.—dije dejando salir lo que realmente me atormentaba, el semblante burlón de Jordan se borró de su rostro y tapó su boca mirando con sorpresa detrás de mi, seguramente Marcus estaba detrás de mi, porque era típico de mi, siempre me pasaban estas cosas, Harold se carcajeó.

—¿Qué no entendería?—Finalmente escuché su voz, sentí que me hice pequeña, oculté mi rostro en mis piernas y me negué a verlo.

—Nada, estamos hablando de otro Marcus, no eres el único que existe con ese nombre.—mintió torpemente Jordan.

—Ajá y a mi me gusta Harold.—dijo Marcus, sentí sus pasos y vi sus zapatos justo frente a mi.—Cuéntame, sabes que soy el ser más comprensivo y maduro de los cuatro.

—Me gusta una chica.—comenté aún sin mirarlo.

—Lina se que eres bisexual hace bastante, no soy homofóbico boba.—Incluso soltó una risita al final.

—Una chica prohibida, muy prohibida.—Volví a hablar.

—¿Qué tanto?—preguntó.

—Es muy importante para alguien que quiero mucho.

—Oh, bueno pues si estás en serios problemas, pero cuando hay sentimientos de por medio, todo se vale.—comentó, dejé de ocultar mi rostro entre mis piernas y lo miré, el me sonrío como siempre lo hacía y pasó una mano por su cabello.—El folleto de mate ya está terminado.

Nothing Like UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora