CAPITULO 15: "Corredores y pasadizos"

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Me puse en guardia de inmediato, dispuesta a esconderme para que nadie me viera asi, para por lo menos mantener mi dignidad, pero no me daría tiempo y prefería afrontarlo con la cabeza en alto que se descubierta corriendo como una rata al prender la luz.

Lo primero que distinguí fueron unos risos oscuros y el uniforme rojo, lo que significaba sin duda peligro.

La sonrisa triunfante de Meise apareció junto con su hipócrita ser.

De hecho había sido tonto de mi parte no imaginármelo de inmediato, después de que justo ayer me amenazo. Pero bueno; ¿Me culpan por no pensar que alguien esta escuela esta chiflada de remate y tan mentalmente inmadura como para hacer estas bromitas?

― ¡Te queda muy bien ese look del pordiosera! ― exclamó alegre.

Di media vuelta, dispuesta a no darle la espalda y con ello ventaja.

― Pensé que estabas un poco loca ayer, pero sí que sabes cómo sorprender ― le dije con media sonrisa.

Me cruce de brazos y la mire con el mentón levantado, y los pies separados, dispuesta a atacar si ella lo hacía.

De hecho nunca había peleado antes, pero eso no iba a hacerme retroceder porque tenía toda la disposición de arruinarle ese pelo que parecía querer tanto.

― A pesar de que te ordené que no te acercaras a mi príncipe sigues rondando alrededor como una maldita mosca ¿Qué es lo que pretendes Bastet?

Sonreí ― Asi que fue eso lo que dijiste ― mencioné tronando mis dedos como si apenas lo hubiera pensado ― parecías tan urgida de atención, y tan patética rogando que recordaran tu nombre que no preste atención a nada más que a la lástima que me causaste.

Vi su cara enrojecer del coraje y sentí que las cosas se pondrían peor a partir de ese momento, pero realmente no pensé mucho en ellos cuando desee devolverle el insulto.

― ¡NO TE VUELVAS ACERCAR A EL! ― Gritó ― ¡ESTO FUE SOLO UNA ADVERTENCIA!

Me miró de arriba abajo evaluando su trabajo, pero no me atreví a mostrarle que me sentía avergonzada o dañada psicológicamente por la situación.

― ¿Y si no que? ― La reté.

― Haré de tu vida en la preparatoria un infierno ― murmuró sin despegar los dientes, tenía los puños cerrados y sus ojos lanzaban fuego, fuego imaginario obviamente.

Tomé una barra de jabón de uno de mis costados y se lo lance a la cabeza, este rebotó y se perdió en el suelo.

― ¿Qué mierda haces estúpida? ― preguntó irritada, sobándose el lugar del golpe y mirándome con una enorme sorpresa.

Corrí hasta el otro lavabo y agarre otra barra de jabón para lanzársela pero ella corrió hacia la puerta y cuando lancé la barra la puerta ya se había cerrado.

― ¡MALDITAS FANÁTICAS LOCAS! ― Grité sacando toda mi frustración y coraje ― ¡LAS ODIO!

Fui a recoger las barras de jabón para colocarlas en su lugar, mientras pensaba ya calmada en la conversación.

― Estupida, estúpida ― dije mientras me golpeaba la boca ligeramente, solo como reprimenda por lo que la había dicho para incitarla ― Te gusta meterte en problemas ― me regañé.

Deje las cosas en su lugar y seguí limpiándome. La playera que se supone que era blanca se había vuelto café al igual que mis deportivos.

Por surte el color oscuro de mis pans y sudadera no había cambiado mucho, pero el olor sí que era demasiado como para solucionarlo.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora