Cap. 69

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-Durante la jornada del día anterior en el mundo de los humanos, Bernie la Cabeza de Piedra estaba todavía en aquel coche que llevaban los gemelos por el recorrido del sitio, pasando por diversas tiendas de comida hasta llegar a las afueras del pueblo en dónde la misma señora con la cual se había topado a la distancia le llamaba la atención de cierta manera, más que no pudo haber sido efectiva su búsqueda personal cuando quedó solo a la intemperie de aquel sitio cuando notó que cierto par se le había cercado para preguntarle sobre si conocía un viejo portal divino cercano o si conocía algo con respecto a ellos, eso era lo que en su mente memorizaba cuando los iba siguiendo a distancia a la casa de la señora que con amabilidad les ofrecía comida en su refugio, no obstante, cuando se iba acercando a la casa, veía que habían viejos tótems de protección contra malos espíritus, lo sabía porque en su tiempo también los tenía en su vieja casa, sin embargo no esperaba a que tuviese tantos.-

Abuela de los gemelos: siéntense jóvenes, luego les traigo unas galletas.

-Comentó la mujer mirando a los dos seres sin percatarse de que la cabeza también entró lo más rápido posible antes de que cerrara la puerta.-

Diadoro: eemmnh, gracias eeh ¿abuelita? Jejej

Abuela de los gemelos: luego les contare sobre lo que sé, primero déjenme traerles las galletas.

Diadoro: oh no, no, no, no, no se preocupe por eso, encantados por recibir sus galletas.

-Comentaba con algo de nervios pero a la vez contento por comer algo en todo el día, mientras que Gómez estaba mirando detenidamente el interior hasta que se topó con los tótems que parecían mirarles fijamente a los ojos, cosa que le provocó un pánico horrible que no fue notado a primera vista sino hasta que tembló.-

Diadoro: ¿qué te pasa ahora?

Gomez: s-señor... T-ta-tal vez deberíamos preguntarle lo esencial y listo ¿n-no cree?

-Se aferró un poco a él tratando de no verse tan asustado, aunque para el mayor parecía que todo era una locura.-

Diadoro: Gómez no te acerques tanto.

Gómez: p-perdón señor, e-es solo que esos tótems tan raros nos están mirando.

Diadoro: no digas tonterías Gómez, son solo rocas pintadas decorativamente a mano, no son la gran cosa.

-Pero el mencionado no estaba seguro de eso, no obstante, no significaba que bajase la guardia cuando la señora había regresado con la bandeja de galletas indicándoles el sitio donde deben sentarse.-

Abuela de los gemelos: y bien muchachos, ¿Qué necesitan saber?

-Preguntó con suavidad mirándoles con una sonrisa.-

Diadoro: pues, estamos un poco curiosos sobre lo que esta dentro de las montañas o fuera de las ciudades, ya que hace un tiempo recordé en mi infancia que hay viejas culturas que casi no se suelen hablar.

Abuela de los gemelos: ooh, es grato que lo pregunte joven.

-El cabeza de piedra se mantuvo escondido escuchando las palabras que estaban soltando.-

Abuela de los gemelos: pues a la distancia de esta casa hay una montaña que contiene escritos en maya antiguo que hace mucho no han visitado nadie del pueblo.

Diadoro: ¿y cómo lo encontraremos?

Abuela de los gemelos: está muy lejos de aquí, a casi 4 días caminando.

Gómez: ¿y qué tipo de divino se encuentra ahí?

Abuela de los gemelos: son varios los sellos que están escondidos en las cuevas, pero es mejor primero seguir los pasos si van a entablar conversación.

Diadoro: ¿y usted cómo lo sabe?

Abuela de los gemelos: hace un tiempo vivía cerca de ahí, pero debido a las condiciones climáticas y ambientales no nos dejaron muchas opciones para quedarnos.

Diadoro: ¿y aún sigue ahí?

Abuela de los gemelos: si nadie más ha venido desde entonces, debe estar todavía ahí para que cualquiera pueda entrar, si llega a pasar de los obstáculos naturales que tiene.

-Los dos se miraron mutuamente antes de que sonriesen con algo de complicidad.-

Diadoro: oh bien, es una gran noticia.

Abuela de los gemelos: ¿puedo saber para qué quieren saber de eso, jóvenes?

Gómez: e-es que estamos haciendo un proyecto de investigación para que los colegios puedan conocer sobre cultura antigua.

Abuela de los gemelos: ooh, eso es genial, pero deben tener cuidado, hay espíritus guardianes que no les agradan para nada que los molesten en su descanso.

-Obviamente no le quedaba nada para creer en sus palabras, y por lo que veía, habían totems de madera y máscaras que no le daban buena espina, los dos hombres se habían levantado de sus asientos para ir hacia la puerta.-

Diadoro: nos alegraría mucho tener que seguir con esta conversación, pero tenemos tiempo valioso corriendo, por lo tanto, debemos irnos.

Abuela de los gemelos: es un placer ayudarles, en todo caso sería mejor que vayan con cuidado, y mantengan el respecto hacia ellos.

Diadoro: lo haremos señora, lo haremos.

Gómez: y gracias por las galletas.

Abuela de los gemelos: de nada jóvenes, vuelvan cuando quieran.

-Alzó la mano antes de que viera cómo los dos se estaban alejando de la puerta, la cabeza de piedra estaba lejos de una de las estanterías hacia la salida, avanzando unos cuantos pasos hacia adelante buscando salir detrás de ellos, pero la señora cerro la puerta sin dejarle opción de moverse, cayendo a un costado hasta el suelo, sorprendiendo un poco a la mujer que enseguida lo recogio.-

Abuela de los gemelos: que extraño, no recuerdo haber traído este a casa.

-Sosteniéndolo entre sus manos le daba la vuelta una y otra vez, luego se acortó de hombros para dar una sonrisa.-

Abuela de los gemelos: supongo que se les ha caído a esos jóvenes.

-Miró hacia adelante pero la verdad no los veía en ninguna parte.-

Abuela de los gemelos: intuyo que es un regalo, son tan amables.

-Sonriendo volvió a cerrar la puerta con suavidad antes de que se fuese con la cabeza de piedra en manos para ir al lavadero a echarle algo de agua.-

Abuela de los gemelos: una ducha rápida no vendría mal.

-Despuésdel secado, lo colocó junto al resto de tótems antes de ir tarareando unacanción mientras se alejaba para limpiar toda la sala, a la vez que la cabezade piedra se mantenía quieta al observar fijamente que esos tótems estabanclavando sus miradas encima suyo, pasó un poco de saliva esperando a que laseñora termine de estar en la sala. Por fuera de la casa de la señora estabanlos dos a media mitad de la salida de la mujer, estaba el mismo tótem que lesveía desde su puesto con sus ojos mirándolos fijamente hasta que se alejaron dela casa por completo.-

Reyes divinosWhere stories live. Discover now