Cap. 38

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-Por la parte humana, un nuevo día había comenzado a ser parte del día a día como si nada hubiese pasado, los niños esperaban con ansias el tener que iniciar las clases para ver a sus compañeros, aunque se les hiciera extraño que cierto cuarteto de ellos todavía no se presentara.-

Sta. Soledad: buenos días niños~

-Decía después de llamar su atención tras un par de palmadas que sonaban como castañas españolas.-

Sta. Soledad: hoy tenemos dos buenas noticias, el día de hoy haremos las clases afuera.

-Obviamente eso les alegro bastante.-

Sta. Soledad: la segunda, dos nuevos estudiantes están en la espera de ser confirmados en esta escuela Benjamino, así que pro favor les pido que sean respetuosos con ellos en cuanto lleguen a ver la escuela.

-Llevados por la curiosidad ellos murmuraban en ellos, aun no inicia la hora de las clases así que mientras esperaban a que se diese la hora aprovechaban para hacer sus teorías y palabras de los que podrían ser aquellos niños.-

Rafa: espero que lea gusten jugar novanok, seria estupendo ver cómo son.

Miguel: escuche que vienen de un pueblo muy lejano, que pueden hablar una lengua sumamente extraña, como un alienígena.

-Decía el niño de lentes mientras que su compañera se acercaba con una sonrisa.-

Mili: ¡me emcataría conocerlos! Quizás podamos hablar un poco sobre los como niños.

Miguel: ¡oh si! Podría mostrarles mi colección de tarjetas de los Combo Niños.

-Mientras que el único niño en silla de ruedas estaba acercándose a ellos con una sonrisa en su rostro.-

Rafa: quizás pueda enseñarle mis piñatas ¿creen que les va a gustar?

Mili: por supuesto que si~ eres el mejor haciendo piñatas.

Telmo: quizás pero nada mejor que yo.

-Decía el elógatra niño mirándose al espejo acomodando su perfecto cabello.-

Telmo: quizás sean uno de mis fans que busca un autógrafo de mi.

Perla: lo dudo, pero quizás siendo nuevos necesiten que alguien les dé un recorrido especial por el colegio.

-Decía la niña rica que se posaba en medio de todos ellos para únicamente llamar su atención, como siempre la quiere tener.-

Perla: yo, seré la encargada de hacerles conocer al colegio Benjamino de pies a cabeza, soy la mejor haciendo recorridos por zonas como esta.

-Mencionaba en lo que se acomodaba el cabello engreidamente mostrando una sonrisa altanera que mostraba su superioridad a nivel social ante los demás niños que eran "clase baja" mientras que ella caminaba como si estuviese en una pasarela.-

Perla: así que cuando lleguen aquellos nuevos niños, los voy a impresionar con mis habilidades de comunicación... Aprovechando que la fastidiosa de Pilar no está.

-Lo ultimo lo susurró para ella misma con una risita antes de escuchar como las campanas de inicio de clases iniciaban, haciendo que todos los niños decidieran entrar a la aula sin perder tiempo a pesar de que la señorita Soledad había entrado primero que ellos, no quitaba el hecho de que esperase a la hora indicada para comenzar.-

Sta. Soledad: muy bien niños, mientras esperamos a los nuevos niños, empecemos con la clase primero.

-Mientras tanto en los pasillos estaban el maestre grinto buscando sus cosas de conserje en lo que el director Bronka estaba pasando por un lado suyo.-

Dr. Bronka: lo estaba buscando.

-El maestre le miró.-

Grinto: ¿s-si director?

Dr. Bronka: quería saber sobre el estado actual de los niños.

-El maestre sin saber cómo reaccionar ante eso, despacio tragó grueso para mostrar una sonrisa.-

Grinto: de hecho se encuentran mejorándose, sus padres admiten que eso les ha dado de sorpresa pero que a medida que tomen reposo puedan mejorarse en el menor tiempo que sea posible.

-El director cruzado de brazos mantenía su cara de siempre.-

Dr. Bronka: espero que esto no les afecte mucho sus habilidades cognitivas de emprendimiento escolar, es necesario que a pesar de tener una salud  poco estable es necesario que se ejerciten mentalmente para superar los obstáculos y crezcan en un ambiente remunerado.

-Decía en lo que el maestre solo le escuchaba aunque rápidamente se fue hacia la biblioteca para salir con unos libros que les dió en sus manos.-

Dr. Bronka: tenga, después de clases deben leer estos libros para que durante las clases sus tareas no se vean atrasadas en el momento.

-El maestre con una gota en la cien tomó los libros entre sus manos escuchando al director decirle aquellas palabras.-

Dr. Bronka: espero que cuando terminen las clases del colegio se los entregue a ellos, y me de la indicaciones de que ellos estén pendientes de las clases que reciben de la señorita soledad.

Grinto: claro, por supuesto director Bronka.

-De pronto la puerta principal se había dado a conocer, era una señora mayor que llevaba de la mano a dos niños, niña y niño, quienes se presentaban, ante la claridad del día y de la luz presente, miraban que los niños se parecían mucho: un mechón que casi tapaba la mitad de su cara, la niña tenía cabello hasta debajo de los hombros de forma lisa, el niño lo tenía ondulado hasta la nuca, el color era de un gris oscuro con una franja morada en el mechón de sus caras, piel oscura (casi tostada), ojos de un color dorado que jamás había visto, parecía que estuvieran brillando constantemente, aunque sus iris eran alargadas y no redondas.-

Dr. Bronka: ¡Bienvenida señora y jóvenes! ¿Que los trae a esta prestigiosa y muy respectada escuela?

X: disculpen ¿este es el colegio Benjamino?

Dr. Bronka: así es.

X: que bien, quiero que mis nietos

-Dijo con sutileza.-

X: estemos buscando un colegio en el cual poder establecerse por mientras.

Dr. Bronka: ¡vino al colegio indicado! Soy el director de este colegio y estamos abiertos para que la matrícula escolar se expanda todo lo necesario para que todos los niños de Novanizza puedan ejercer su futuro en buenas manos.

-Decía con alegoría mientras que el conserje solo estaba quieto en su lugar pues estaban obstruyendo su camino al trabajo.-

Dr. Bronka: por favor sígame por aquí, que le mostraré todo lo que necesite saber para su elección.

-Decía mientras que se acercaba a la señora quien no soltaba a sus mellizos, los cuales se mantenían neutrales en expresión y solo miraban hacia adelante sin hacer mucho más que seguir a su mayor, el maestre suspiró de alivio por tener al fin su momento a solas y solamente tener que guardar los libros para leer más tarde e iniciar su trabajo con su trapeador.-

Reyes divinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora